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El Club Cinema Alzira proyecta la película “Retorno a Hansala”Viernes, 5 de febrero – Casa de la Cultura – 20 y 23 horas
Entrada general: 2 € - Reducida (Carnet Jove y jubilados): 1’50 €
Ficha técnica
Título V.O.: Retorno a Hansala.
Año de producción: 2008
Distribuidora: Columbia Tristar Home Video.
Género: Drama.
Estreno: 27 de marzo de 2009.
Director: Chus Gutiérrez.
Guión: Chus Gutiérrez y Juan Carlos Rubio.
Música: Tao Gutiérrez.
Fotografía: Kiko de la Rica.
Intérpretes: Antonio Dechent (Manolo), Cuca Escribano (Carmen), Sebastián Haro (Jesús), Antonio de la Torre (Antonio), José Luis García Pérez (Martín), César Vea (Cirilo), Farah Hamed (Leila), Miguel Alcíbar (Pepe) y Alba Fernández (Clara).
Sinopsis y comentarios
Martín es un funerario con problemas económicos. Tras el naufragio en el Estrecho de una patera llena de inmigrantes, encuentra en uno de los cadáveres un número de teléfono. Corresponde a Leila, la hermana del fallecido, y quiere repatriar el cuerpo a su país. Martín decide viajar con ella a la aldea de Hansala, pensando en la idea de que otras familias reconozcan a sus muertos a través de sus objetos y él pueda hacer negocio con los traslados. Sin embargo, la vida de ambos cambia radicalmente.
"Retorno a Hansala" está basada en hechos reales: un empleado de un tanatorio viajó a Marruecos tras averiguar que todas las víctimas de un naufragio en patera venían de la misma aldea. Por eso, la película combina parte de ficción y parte de documental. Chus Gutiérrez dirige y co-escribe una historia que tiene mucho de aventura para sus dos protagonistas, pero también para el espectador. La directora de "El calentito" nos hace viajar al corazón de Marruecos, captando la cotidianidad de sus familias y su experiencia a la hora de afrontar este tipo de tragedias. También se reflexiona sobre la desesperación que obliga a las personas a escapar de sus propias vidas.
El cada vez más valorado José Luis García Pérez (Un novio para Yasmina) da vida al funerario en apuros que cree encontrar el negocio del siglo, mientras que su compañera de viaje es la debutante y nominada al Goya revelación, Farah Hamed. Junto a ellos intervienen Antonio Dechent (Clandestinos), Antonio de la Torre (Una palabra tuya) y la televisiva Cuca Escribano (Sin tetas no hay paraíso). Además de optar a tres Goya, "Retorno a Hansala" ganó el Premio Especial del Jurado en la Seminci 2008.
Críticas
Calcando el modelo semidocumental del hiperrealismo transnacional de Michael Winterbottom y su "In This World", Chus Gutiérrez carga demasiado peso sobre sus hombros. El objetivo es hacer justicia a la historia detrás de la estadística, escarbar en la espesura trágica del drama diario de las pateras, poner rostro y antecedentes, corazón e Historia (con mayúsculas) a todos esos sueños abatidos en la arena playera de los paraísos soñados. El desafío no es precisamente pequeño. Tampoco se arranca de cero, al fin y al cabo la directora de "Sublet" no hace sino recoger el testigo de la mano de Gerardo Olivares y sus "14 kilómetros” y de la de Irene Cardona y "Un novio para Yasmina".
Película de corazón noble, de buenísimas intenciones, de entrañable responsabilidad social, "Retorno a Hansala" es un docudrama imposible. Y lo es porque el drama lo mancha todo, porque la tragedia devora al documental. El realismo que esgrime Gutiérrez para llegar hasta el fondo de la conciencia del espectador está intervenido por el melodrama. Y eso porque la directora es incapaz de mantener las distancias, de alejarse del relato, de mirarlo sin implicarse emocionalmente hasta el tuétano en el devenir de las imágenes.
"Retorno a Hansala" tropieza con la solemnidad impostada del drama ejemplarizante y extensivo, con la visceralidad de unas emociones que rebosan ampliamente el contenido del vaso. Sobran énfasis y subrayados, sobra urgencia por sobrecargar las imágenes de dolor. Gutiérrez no deja hablar a las imágenes, no deja respirar libremente a sus improvisados actores, al costumbrismo desnudo de su primitivismo ancestral. En una historia de este calibre el drama llega sólo, por pura inercia, pero aquí falta paciencia para que las imágenes digan por sí mismas lo que tienen que decir. El filme arranca balbuceante, precipitando una tragedia costera y derrochando lágrimas, pero se va rehaciendo en el peregrinaje marroquí de los dos protagonistas. Lamentablemente la compostura es pasajera. La introducción en el relato de un personaje modelo que expía los pecados morales del personaje principal destruye todo resquicio de credibilidad.
Entonces el pretendido docudrama muta en melodrama desatado en el que abundan los fluorescentes. La intromisión del bondadoso arquetipo juvenil del emigrante forzoso que desoye los consejos del redimido protagonista es demasiado desliz como para mirar hacia otro lado. Allí la película se quita la máscara y desprecia sus propias virtudes apostando por un modelo de dramatismo chillón e indiscriminadamente lacrimógeno.
TRAILER
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