Artículo de opinión de Xavier Cantera
'El cambio que le hemos dado al pobre San Valentín es de 180 grados'
Una opinión más
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El calendario tiene estas coincidencias curiosas que nos posibilitan reflexionar sobre cómo han cambiado los tiempos y las costumbres. Este año, en el mismo día de "los enamorados", comienza la cuaresma, después de un "Carna-bal" que se remata con una fiesta en honor de San Valentín, o mejor dicho, en honor a "san consumo", el nuevo dios de la sociedad globalizada, al que la era postmoderna y comercial dedica más templos con las grandes superficies que la Edad Media a la religión con las grandes catedrales.
Antiguamente, también la "cuaresma" influía incluso en la vida íntima de los enamorados porque habían muchos matrimonios, practicantes de la tradicional penitencia católica de la abstinencia, que no solo se privaban de comer carne, huevos, lácteos y ayunaban en cuaresma, (por influencia monástica) sino que también se privaban, mirad qué mal suena, del "uso carnal". De tal manera la cuaresma ha marcado nuestra cultura, que la acepción 5ª de "carnal", en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa: "Tiempo del año que no es Cuaresma". Y en tiempos, no tan antiguos, algunas personas se referían a las relaciones de pareja como "acto carnal", "cópula carnal", "trato carnal" o "comercio carnal", expresiones de una visión negativa, anti antropológica y solo destinado para procrear. Este designio de "creced y multiplicaros" era desobedecido durante los 40 días, como recoge Dom Prospero Gueranger en su Historia de la Cuaresma: "Durante muchos siglos, se exigió a los esposos la continencia carnal durante la Cuaresma".
Claro que, gracias a las aportaciones de la medicina, de la antropológica y de la psicología sobre la sexualidad, más la práctica personal de las relaciones amorosas, esta penitencia ha perdido adictos/as entre la mayoría de las personas, ya que las relaciones sexuales no se consideran como algo negativo, de lo que hay que privarse por hacer penitencia, como tampoco de comer carne, huevos y lácteos. También ha ayudado a este cambio, al humanismo del Papa Francisco y la lectura más actual de la Biblia, que nos dice, por ejemplo, en Mateo 12, 7: "Yo quiero misericordia y no sacrificios", y en Proverbios 21,3 " "Practicar la justicia y la equidad, es mejor ante Dios que el sacrificio". Por ejemplo, pagar los impuestos, el IVA y dar de alta a quien trabaja para nosotros limpiando nuestra casa.
Por contra, el cambio que le hemos dado al pobre San Valentín es de 180 grados: De ser un clérigo subversivo que casaba clandestinamente a los jóvenes enamorados para que el muchacho se librara de la mili y de ir a la guerra, ya que el Emperador de turno los quería fuertes y sin compromisos familiares, lo hemos convertirlo en un aliado del nuevo emperador " Agusto Consumo" que nos domina, llegando a imponernos cuándo debemos hacer nuestras muestras de afecto. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que nos libremos de estas y de otras mentalidades tanto medievales como consumistas? Solo la ilustración, por medio de la ciencia, la cultura y la información, nos hará avanzar, separando lo civil de lo religioso, para bien de los dos, y a tener la autonomía personal necesaria para no adorar a falsos dioses que después nos amargan la vida con sus crisis, burbujas e hipotecas tóxicas. A ganar siempre los mismos y a pagarlo, nosotros.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
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