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Estampas y recuerdos de Alzira (93)Los montañeros alzireños y la Creu del Cardenal
El Centro Excursionista de Alzira, debido a su brillante organización, obtuvo muchos premios durante su existencia
Era sábado, 28 de abril de 1962, cuando fueron llegando montañeros de todos los rincones de nuestra Comunidad, que se aprestaron a plantar sus tiendas de campaña en los lugares acotados, dando una alegre policromía al paisaje, para participar en la IV Acampada del Reino de Valencia; así se denominaba. Al atardecer, era inaugurado el campamento por el alcalde Bernardo Andrés Bono, izándose las banderas. Al día siguiente, domingo, continuó la afluencia al lugar, reuniéndose hasta el millar de participantes, instalándose en más de 300 tiendas de campaña. Al mediodía, el Delegado Regional de la Federación Española de Montañismo, hacia entrega de una placa, concedida por la Federación, al dueño de la finca La Casella, Antonio García España. Por la noche del mismo domingo, como es costumbre, se realizó el tradicional fuego de campamento, con numerosas intervenciones de los acampados, prolongándose hasta la madrugada. Para llevar a cabo este menester, se encargaron Salvador Timor Palomar y Enrique Pellicer.
Era deseo e ilusión del Centro Excursionista Alzira entronizar una cruz de hierro en el pico de la Murta, conocido por este nombre, donde ya en el siglo XVI o XVII, fue colocada una gran cruz sobre las montañas, costeada e iniciada la idea por un cardenal, del que no hemos podido averiguar su nombre. Un día de aquella época, a las puertas del monasterio de Jerónimos se organizó a las puertas del cenobio una original procesión. Precedían en ella los monjes más ancianos, seguida de los más noveles. Entre cánticos de penitencia, salió del atrio del templo uno de ellos con una gran cruz sobre los hombros. De trecho en trecho se relevaban los monjes en la tarea de portear la cruz; así hasta llegar a las primeras escarpadas montañosas. La cruz llegó hasta el hito previsto señalando un pico de la montaña que se llamó, por ello, el Pico de la Creu del Cardenal.
Transcurrió el tiempo, los monjes se entretuvieron en pintar aquel madero, hasta que en el siglo XIX, antes de la desamortización, unos bandoleros huidos de la justicia, no se sabe el por qué, la destruyeron, no reponiéndose, hasta que en 1962, con motivo de la IV Acampada, los montañeros alcireños entronizaron una cruz de hierro. Para ello, el presidente del Centro Excursionista, José Clausi Zozaya, hizo gestiones acerca de la propietaria de la finca de la Murta, Enriqueta Sáiz de Carlos, viuda de Cantos Figuerola, autorizó su instalación y, al mismo tiempo, acompañó un donativo de mil pesetas para costear los gastos.
Los señores Pedrós tenían un taller de cerrajería en la Calle Hort dels Frares, 19 y a ellos fue encargada su construcción. Una semana antes de ascender al pico para su instalación, con un Land Rover, se desplazó un equipo a Llaurí para, a través de la partida de Sant Sofí, ascender el lugar a instalar el repie para la cruz. Para ello, se auxiliaron de un borrico, pero este, al llegar al paraje del Pla de carrasca,al ver que le esperaba una ascensión tan dificultosa “s'espachurró”, teniendo que cargar el repie los montañeros.
El lunes, día 30 de abril, por la mañana, ascendieron por la fuente de Sant Sofí. La cruz de hierro, donación del alcalde Bernardo Andrés Bono, se subió desmontada. Durante el tiempo que el hijo del señor Pedrós utilizó para montarla, llegaron a esta cumbre diversas expediciones que, desde la acampada habían pasado al valle de la Murta. A las cuatro de la tarde quedaba montada la cruz de hierro sobre el repie, dando lectura en este momento al alcalde, las inscripciones del libro-registro que también se colocó en dicho acto, regresando al campamento por el frontón de la Murta y Pas del Pobre. El mismo día, 30 de Abril, se celebró en el campamento de la Casella el primer certamen de canciones de montaña. Siguieron los días y, además de las excursiones radiales, se celebraron las finales de los juegos atléticos y a los dos de la tarde se procedía a la entrega de trofeos por el alcalde de Alzira, quien recibió de manos del presidente den Centro Excursionista, José Clausi, un pergamino, en agradecimiento por las ayudas prestadas y una medalla de San Bernardo de Menthon, patrón de los monteñeros, por su gesta, al realizar la travesía desde Sant Sofí a la acampada, como un montañero mas. El alcalde era un experto en estas lides, puesto que de joven había sido Boy Scaut y conocía palmo a palmo el terreno que pisaba.
El Centro Excursionista de Alzira, debido a su brillante organización, en la entrega de trofeos, recibió los máximos premios; copa del Delegado Nacional de Deportes, del Gobernador Civil de Alicante, doce medallas, cuatro copas, en las diferentes pruebas y tres copas de la Organización Juvenil de Alzira. Las sociedades asistentes fueron veintidós, procedentes de los distintos puntos de las tres provincias y los visitantes pasaron los dos mil.
Han transcurrido casi treinta y dos años y queremos aquí tener un recuerdo para los montañeros que dieron gloria y renombre a nuestra ciudad en aquella acampada. Junto al presidente José Clausi, Antonio Albelda Roses, Angel Garay Chordá, Rogelio Adelantado de Sanfelix, Amparo Bonora Andreu, Ana Castellano, Manuel Candela, Salvador Pérez Tudela, Pascual Bernabeu, José Villalba Bono, Agustín Bernia Parra, Bartolomé Berenguer, Agustín Colomer, Joaquín Gómez Perelló y Rafael Masiá.
En la foto, al pie de la cruz, entre otros, al alcalde Bernardo Andrés, Rafael Oltra, Bernarda Timor y Consuelo Sifre. También estuvo presente en esta gesta, el presidente, José Clausi, que está detrás de la cámara fotográfica.
Alfonso Rovira, 09.01.1994
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Como siempre muy bueno el artículo de Alfonso.
Hola Alfonso. M'ha agradat molt el article, espere que faces pronte un altre amb més aventures muntanyeres.
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