Mantener la ciudad limpia, arreglar los problemas cuando aún son pequeños y no descuidar ningún rincón de los barrios o zonas más conflictivas, son acciones muy importantes que contribuyen al buen orden ciudadano y, por tanto, a evitar el vandalismo
Visto el estado que presenta una de las avenidas de la zona de Tulell en Alzira, quiero volver a hacer hincapié en un artículo que publiqué en su día y en el que analicé las conductas de las personas, en especial las delictivas o antisociales, en muchas ocasiones vienen originadas por el entorno que nos rodea, tanto social como personal. En particular, en este artículo vamos centrarnos en el ámbito de nuestro entorno social.
En colación a ello, debemos citar la denominada teoría de las ventanas rotas elaborada por Wilson y Kelling, donde se relaciona la conducta con el estado de la comunidad y su entorno.
La teoría de las ventanas rotas intenta demostrar a través de un paralelismo que si una zona de un pueblo o ciudad empieza a abandonarse y a no cuidarse, poco a poco se irá generando este tipo de conductas, en especial el vandalismo. Por ejemplo, si en una calle han hecho una pintada en la pared y ésta no se borra, con el paso del tiempo volverán a pintar, y al haber dos pintadas se seguirá pintando… Asimismo, en una zona donde hay varias ventanas, si se rompe una y no se arregla, lo más probable es que aparezca la de al lado también destrozada, y así sucesivamente hasta deteriorarlas todas.
Pongamos ahora un ejemplo opuesto; nos hallamos en un barrio donde constantemente se barren las calles y se cuida el entorno, a penas se ve un papel tirado en el suelo. Seguramente, en esta zona, cuando una persona tenga un papel en la mano y observe el entorno se esperará y lo tirará a una papelera. Por el contrario, si fuera un lugar donde no se cuidara la limpieza y hubiera un notable descuido por parte de los servicios públicos en este aspecto, es decir, que estuviera lleno de papeles y objetos en el suelo, una persona con un papel en la mano no dudaría en arrojarlo al suelo; un papel más tirado no importa, pensaría.
De ahí, la importancia de mantener limpia la ciudad.
Experimento que realizó el psicólogo Philip Zimbardo
Este psicólogo de universidad llevó a cabo una serie de experimentos para llegar a las conclusiones anteriores. En primer lugar dejó abandonado un vehículo en una calle conflictiva para ver lo que ocurría, con las ventanillas bajadas, puertas abiertas y en mal estado. En pocos minutos los accesorios del coche fueron sustraídos y quedó destrozado.
En segundo lugar, abandonó otro automóvil con similares condiciones, pero esta vez en una urbanización rica y noble. Durante unas semanas el coche permaneció de la misma manera. Al ver que seguía intacto el psicólogo destrozó una gran parte de la carrocería. El gamberrismo no tardó en aparecer, de nuevo el vehículo quedó absolutamente siniestro en poco tiempo.
Teoría muy significativa para los ayuntamientos y la policía
La mayoría de ayuntamientos conocen muy bien esta teoría o, por lo menos, deberían tenerla en cuenta. Mantener la ciudad limpia, arreglar los problemas cuando aún son pequeños y no descuidar ningún rincón de los barrios o zonas más conflictivas, son acciones muy importantes que contribuyen al buen orden ciudadano y, por tanto, a evitar el vandalismo. Pero, en muchas ocasiones, los servicios públicos, la policía o el propio ayuntamiento del municipio no pueden llevar a cabo estas labores sin la ayuda de los propios habitantes, los ciudadanos de la localidad quienes se tienen que encargar de mantener en orden su ciudad; si todos contribuimos y ponemos nuestro granito de arena seguro que podremos prevenir este tipo de conductas antisociales.
Carlos Ramírez
* Carlos Ramírez es alzireño y estudiante de Criminología en la Universidad de Valencia
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Cierto y muy buena reflexion para TODOS.
Poca faena tienen esos, para sacar teorías, si educamos a nuestros hijos como toca esto no pasaría, si los desperfectos los pagaran en horas sociales de ayuda, los vándalos se lo pensarían dos veces. Pero las leyes son tan arcaicas y benevolentes que encima sus padres les darán un suny.
Estoy cansado que por culpa de unos mal nxxxxxs tengamos que pagarlo con nuestros impuestos, cárcel y sanciones con trabajos sociales más duros, si con tanta libertad que tienen esos menores un poco de mano de hierro no estaría mal.
Yo en mi juventud no hacia esas cosas, pero claro tanta libertad eso es lo que trae.
La teoria dels cristalls trencats em sembla inqüestionable i l'experiment dut a terme pel tal Zimbardo ho ilustra perfèctament. El què no acabe d'entendre és com un estudiant de criminologia circumscriu aquesta praxis al vandalisme de carrer. Huí els vidres esclafeixen de molt més alt que no el tragallum d'un aparcament públic (tancat amb pany, clau i forrellat) Posem per exemple la Jefatura del Estado i el cas Urdangarín: després d'haver estat merdejant per les Balears i València amb el segell de la Casa Real els responsables de la institució decideixen amagar-lo en un exili d'or en Whasinton a càrrec d'una empresa privada que acabarà resarcint-se --pots imaginar-te com-- pels serveis prestats. Els vidres trencats ens caguen damunt des de la tresoreria del partit del govern, des d'una direcció general d'una comunitat autònoma, des del perfil del contractant de qualsevol licitació pública de qualsevol ajuntament ... Hi ha prou en connectar el televisor per adonar-se que vivim en un país de vividors. Ací triomfa el més carota. En acabant voldrem que un manobre facture l'IVA als seus clients. És tard. Portem massa temps caminant sobre vidres.
Aqui menos teorías y mas presencia policial y al que pillen que pague todas las ventanitas, lo que pasa es que la policía en este pueblo esta donde no debe estar y no está donde debe de estar.Estamos ante una generación que da miedo por su falta de educación y valores.
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