Por Rosa María de Dios
“Lo que siembres en tu vida cosecharás, siembra amor y recibirás amor, si siembras maldad recibirás el mal”
Yo, Rosa María de Dios no pongo aquí en esta revista digital “El Seis Doble” mis ideas y mis opiniones para tratar de convencer, sino para los que lean estos escritos, por la libertad dada al ser humano, de pensamientos y opiniones, se convenzan a sí mismos. Yo, como todo ser humano cometo errores, pero estoy convencida, que por esos errores, he alcanzado de la gran mayoría de ellos, muchas cualidades que me han ayudado a madurar en equilibrio. ¿Existe el Cielo? Cuando levanto mi rostro, mirando el firmamento aquí en la Tierra, veo el azul Cielo, no he de morir para verlo. Un cielo hermoso, durante el día el sol nos ilumina, y nos da calor haciendo de abrigo en el crudo invierno. En la noche veo a las estrellas brillando en ese maravilloso firmamento, y veo a la luna dándonos luz en la noche oscura.
¿Existe el Purgatorio? Yo, Rosa María de Dios desde muy pequeña he sido amenazada por ese purgatorio.
De niña era muy vivaracha y traviesa ¡Vas a ir al purgatorio, por ser mala! Aun mi memoria recuerda estas palabras que me llenaban de terror. En los niños no existe la maldad, ellos son inmaduros y aun no tienen pleno conocimiento del bien y del mal. El Purgatorio es una cruel invención por los seres humanos, no por Dios. Los que son padres para la buena formación, enseñan la educación y equilibrio a sus hijos. Cuando estos desobedientes se rebelan, rechazando los consejos dichos, por esos padres, ellos les castigan. Pero a las pocas horas los padres al sentir gran amor hacia sus hijos, estos sufren de ver la tristeza y el sufrimiento de sus hijos, y con misericordia levantan los castigos.
Mi amor, con la conexión del cordón ubicar, con mi Madre Divina que me engendro dentro de Su Vientre Materno, junto con la naturaleza. No consiento que siendo una Madre justa, sabia, poderosa y de gran belleza, que la traten de una Madre sin sentimientos y sin amor hacia sus hijos, por su mal comportamiento por ser inmaduros. ¡Es inaudito!, que traten así a nuestra Madre. ¡Así no se debe tratar a Dios!
¿Existe el infierno? Palabras crueles que me hacen temblar cada vez que las oigo o las pronuncio. Nunca mi corazón que en él está habitando Dios, consiente tal maldad, injusticia y monstruosidad. Un fuego eterno donde las almas desequilibradas y enfermas tienen tal castigo. ¡Inaudito! Dios es todo amor. Mirad el firmamento perfecto, el derrama amor. Mirad la naturaleza que nos rodea, ella derrama amor, es perfecta y nos embriaga con su belleza.
Yo, Rosa María de Dios una hija como vosotros de Dios, les digo: “Lo que siembres en tu vida cosecharás, siembra amor y recibirás amor, si siembras maldad recibirás el mal, pero no por el castigo de Dios, sino por ti mismo. Dios nos hizo libres, no nos hizo esclavos de su dominio, nosotros somos libres de elección, y hay dos caminos en esta vida, el buen camino y el mal camino. ¡Tú decides! Pero luego de elegir el mal camino, no culpes a nuestra Madre por tus desgracias.
En todas las religiones de este mundo se preocupan de vivir después de la muerte en la eternidad. Yo, Rosa María de Dios les digo: Vivid aquí la vida en el presente, sin recordar el pasado, porque no va a volver, y sin preocuparos por vuestro futuro, porque no se sabe lo que vendrá. Tengan comprensión, tolerancia, perdón y mucho amor por aquellos que nos ofenden, quizá por malas interpretaciones, quizá por su mal formación de niño que ha madurado en desequilibrio y es inocente, no comprende. Recibiréis el premio de la felicidad, viviendo en el paraíso aunque después de la muerte no haya nada en el más allá.
Porque Dios es amor, bondad, y en El no existe la infelicidad. Como dije anteriormente: “Lo que siembres en tu tierra de ella tus frutos cogerás, de ellos te alimentarás. Nuestra Madre Divina puso en ti tu tierra, para que fueras el labrador de ella y cuidarás esas semillas sembradas por ti, ellas crecerán en tu corazón, no dejes las malas hierbas que sofoquen a las buenas, sé un buen labrador.
“El bien y el mal nacen juntos en tiempo de madurez en tu corazón, rechaza el mal y da vida al amor”.
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