

Recomendaciones ofrecidas por la estación de servicio Masoil de Alzira
Este año el invierno ha resultando especialmente duro en muchas partes del país. Las gélidas temperaturas y las enormes nevadas han provocado algún que otro susto o problema en la red de carreteras. Ahora, con la primavera ya está a la vuelta de la esquina muchos podrían pensar que lo peor ya ha pasado y ya puede relajarse… pero en absoluto, ya que esta época es traicionera en lo meteorológico. De hecho es importante que realices una serie de tareas de mantenimiento para evitar problemas más costosos en el futuro.
Además de los consejos para conducir en primavera, bajo las premisas de prevención y prudencia, la Dirección General de Tráfico (DGT) ofrece una serie de pautas para tener el coche a punto en esta época en la que la situación meteorológica suele cambiar de forma inesperada. En esa inspección, siempre en tu taller de confianza, habrá que verificar:
Cambia el filtro antipolen
El tráfico levanta una enorme cantidad de partículas en suspensión de polvo, polen, restos de neumáticos desgastados, polvillo de las pastillas de freno, ácaros, bichos… que se van acumulando a lo largo del tiempo en el filtro anti polen (también conocido como filtro del habitáculo). De ahí la importancia en cambiarlo aunque no seas alérgico, ya que no sólo evita que entre polvo u otras partículas al interior del coche, sino que ayuda a mantener limpios los conductos del aire acondicionado y evitar así la proliferación de ácaros y bacterias. Es clave, sobre todo, para quien sufre de alergias.
Además, al cambiar los filtros, podrás hacer frente a la humedad que se forma en los cristales, aunque esto depende también del lugar donde estés y de la temperatura. Cuanto más calor hace, mayor es su capacidad para contener pequeñas gotas de agua en suspensión y viceversa. Así, por ese motivo, la condensación aparece siempre en las zonas sobre las que el aire se enfría con rapidez, como el parabrisas y las ventanillas. Una primera medida para mitigar la humedad es mantener estas superficies siempre lo más limpias posibles. ¿Por qué? Las partículas de polvo actúan como el papel absorbente: atraen el agua y facilitar que se precipiten en gotas cada vez mayores.
El filtro del polen atrapa en su interior las partículas de hasta un micrón (entre ellas el polen, el polvo y la inmensa mayoría de las bacterias). Cuando se satura, este tamiz reduce notablemente la ventilación y capacidad de renovación de aire del sistema de climatización. Si la suciedad se acumula en los conductos, también lo hace la humedad y, con ella, los cultivos de hongos y bacterias. Por eso en muchos coches huele mal cuando se enciende el aire acondicionado.
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