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Un joven muerto por el asalto de Marruecos al campamento saharaui es familiar de una niña acogida en Alzira por el programa Vacances en Pau35 años malviviendo fuera de sus casas en una de las zonas más inhóspitas del Sahara debería remover las tripas de la ONU de la Unión Europea y del Gobierno español
La editorial del diario El País que incluimos en esta entrada, debajo de estas líneas, no hace sangre pero es bastante elocuente acerca de la tolerancia internacional hacia la conculcación sistemática de los derechos humanos por parte de Marruecos en el problema saharaui.
Un comportamiento antidemocrático que han padecido recientemente varios políticos españoles y un buen puñado de periodistas de todo el mundo al impedirles el Gobierno marroquí el acceso al campamento de Aagdaym Izik cerca de El Aaiún.
El levantamiento de las nuevas jaimas, ahora desmanteladas violentamente por las tropas alauitas, tuvo su origen en las deficientes condiciones de vida y la ausencia de derechos y libertades que sufren los saharauis residentes en la zona ocupada. El asalto al campamento se cobró varias vidas, entre ellas la de un joven de 26 años, primo de Amma, una niña que ha disfrutado de los últimos cuatro veranos en Alzira gracias al programa Vacances en Pau.
Ello me da pie para aprovechar esta plural tribuna de El Seis Doble, recordando la problemática humana que arrastra la comunidad saharaui desde que hace 35 años tuvieron que huir, precipitadamente, de sus pueblos y casas para plantar miles de jaimas en las proximidades de Tindouf, en un rincón lejano e inhóspito del desierto del Sahara cedido por Argelia.
Una reflexión que debo hacer tras conocer la muerte del primo de Amma. El chaval que encontró la muerte esta semana durante el asalto de la policía marroquí al campamento saharaui, pero que es una víctima que hay que poner, también, en el debe de la ONU, de la Unión Europea y del Gobierno español que llevan 35 años mirando hacia otro lado en el conflicto del Sahara Occidental.
Las numerosas asociaciones solidarias con el pueblo saharaui han tapado a medias las vergüenzas de otro pueblo, el español, que les abandonó a su suerte, mejor dicho a la de Marruecos, cuando España era, legalmente, la única encargada de administrar el territorio del Sahara Occidental.
Parece increíble que nos les caiga la cara de vergüenza, sabedores de las condiciones infrahumanas que padecen las mujeres y los niños saharauis en sus endebles jaimas en una zona carente de agua, de electricidad y de las mínimas comodidades que disfrutamos en el primer mundo.
Miles de familias que viven de la caridad de las gentes sensibles hacia su problemática, que mayoritariamente han nacido entre piedras y arena, muy lejos de las viviendas que habitaron sus antepasados.
Los niños que pasan sus vacaciones en Alzira, en Valencia o en cualquier ciudad española, gracias a labor de las asociaciones solidarias, se llevan en sus mochilas, de regreso a los campamentos, toda suerte de alimentos no perecederos, medicinas y varios centenares de euros para que padezcan lo menos posible, hasta el próximo verano.
Lo que corresponde es devolverles lo que es suyo,
sus casas, sus propiedades y su dignidad como pueblo
En el Hospital de la Ribera y en otros centros hospitalarios se les revisa su estado de salud, precario en muchas ocasiones, a causa de una deficiente alimentación y de los rigores del clima desértico. Pero cabe tener en cuenta que el millar de niños y niñas que vienen a España son “unos pocos privilegiados”, entre comillas, porque son muchos más los que se quedan fuera del programa Vacances en Pau.
Así, verano tras verano, año tras año, nos hemos acostumbrado a recibirles y a despedirles en los aeropuertos, con gran profusión mediática y con más de un político dejándose fotografiar con los pequeños saharauis a los que sólo damos una pequeña limosna. Porque lo que corresponde es devolverles lo que es suyo, sus casas, sus propiedades y su dignidad como pueblo.
El diálogo debe siempre prevalecer por encima de todo y no seré yo quien critique la reciente entrevista mantenida por la nueva ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, con su homólogo marroquí. Desde el otro lado del conflicto, el Frente Polisario asegura “nos estar nada satisfecho” con la respuesta dada por el gobierno de Zapatero a esta problemática. Tampoco estaría de más que para concienciarse verdaderamente de la crítica situación saharaui se diera un paseo por los campamentos de refugiados. Tenemos una deuda con ellos y ya es hora de que hagamos todo lo que esté en nuestras manos para resolver un conflicto propiciado por un gobierno español.
Sería todo un gesto, ministra, a la que recuerdo perfectamente cuando no hace muchos años dio una rueda de prensa en la sede alzireña del PSOE. A su antecesor, Moratinos, se le pasó por alto porque no cabe duda, es más cómodo viajar a Rabat que a Tindouf.
Es hora de que estos niños y niñas puedan venir a Alzira a cualquier edad y cuando les apetezca, en lugar de estar sujetos a la caridad y sensibilidad del Ayuntamiento (que sufraga su viaje) así como de las familias y asociaciones solidarias que les acogen.
Xavier Espanya
Editorial del diario EL PAÍS (9-11-2010)
El Sáhara se encona
El asalto al campamento saharaui es una nueva torpeza marroquí en el manejo de la crisis
Si el Gobierno marroquí pretendía poner fin a las protestas con el asalto al campamento de Agdaym Izik, lo único que ha conseguido ha sido dar carta de naturaleza a un nuevo liderazgo saharaui e iniciar una espiral de violencia de inquietante desenlace, como lo muestran los graves disturbios que han estallado en El Aaiún, con un todavía incierto número de víctimas.
La imposibilidad de alcanzar una solución tras la precipitada descolonización española se ha traducido en un grave deterioro de las condiciones de vida en la ex colonia, por las que también ha empezado a pagar un coste el Polisario. El liderazgo alternativo que ha ido surgiendo de este malestar ha antepuesto la reivindicación de mejoras sociales a la de la independencia. Se trata seguramente de una opción táctica, como teme Marruecos. Pero, en cualquier caso, coloca al Gobierno de Rabat ante una difícil alternativa: cuanto más reprima las actuales protestas, y las de ayer en El Aaiún alcanzan un peligroso nivel de gravedad, más estimulará el independentismo, puesto que ya no estará solo vinculado a la aspiración nacional abstracta que encarna el Polisario, sino también a un concreto deseo de mejorar las condiciones de vida de los saharauis.
El asalto al campamento ha sido el último error de Marruecos, pero no el único desde que se iniciaron las protestas. La muerte de un adolescente saharaui en los primeros días no puede quedar sin respuesta por parte de Rabat, que está obligado, cuando menos, a abrir una investigación con garantías y a depurar las responsabilidades que correspondan. En lugar de ello, ha atacado a la prensa y propagado bulos sobre la supuesta muerte de un manifestante en enfrentamientos con la policía española en Melilla. Con estas iniciativas, el Ejecutivo marroquí demuestra algo más grave que simple torpeza; demuestra que no ha comprendido el giro que las protestas en el campamento de Agdaym Izik podrían suponer en el desarrollo del contencioso del Sáhara.
La comunidad internacional, y también la UE y el Gobierno español, se están manteniendo en un más que discreto segundo plano para evitar cualquier roce con Marruecos en una materia de especial sensibilidad. No es una posición que favorezca la estabilidad en la zona, porque lo que está en juego es la capacidad internacional para mantener un único criterio en materia de derechos humanos o ceder, por el contrario, a la tentación de los dobles raseros. Por el momento, esta última parece ser la opción que se va abriendo paso. Marruecos es un país decisivo en el Magreb; precisamente por ello no puede actuar de manera que sus amigos y aliados deban poner en entredicho los principios que defienden.
El contencioso del Sáhara podría estar entrando en un nuevo ciclo, al estar configurándose un nuevo liderazgo con reivindicaciones inéditas. Ni Rabat ni la comunidad internacional, ni tampoco el Polisario, deberían entrar en él desde actitudes cuestionables.
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Opinión
Social : Colectivos y Agrupaciones, General, Humanismo,
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
El editorial de El Pais es el clásico, servil hasta la náusea con el PSOE, periodismo independiente en definitiva, ya saben. Yo si seré quien critique la entrevista de nuestra ministra con su homólogo, que no sirve absolutamente de nada, sólo para apaciguar y contentar al sultán dictador, nos sea que se enfade e invada Ceuta y Melilla. Es sonrojante la poca verguenza de nuestra cancillería. España sigue siendo el administrador del Sahara según mandato internacional y debe exigir a Marruecos el abandono de dicho territorio, que invadió y colonizó ilegalmente, para que pueda ser un pais independiente. Así de claro y de sencillo. Todo lo demás, son mentiras , apaños, enredos y rollos patateros. Ya está bién de ser dóciles con tiranos, dictadores y terroristas.
Si de verdad es una pena, Yo le cargo la culpa al primer gobierno de la democracía, si mal no recuerdo , muerto Franco, el gobierno español se hizo tonto, o loco ante el anuncio de la marcha verde y dejó que Marruecos por sus pistolas decidiera sobre la antigua colonia española. Y es una lastima porque los sarahuies hablan español. DE verdad siento el sacrificio de este pueblo que como los palestinos, los kurdos parecen nacidos para perder.
Esto es una poca verguenza y Rubalcaba en vez de hacer el papel de democrata defendiendo los derechos y la libertad de las personas esta haciendo de portavoz del govierno de Marruecos.
Cuando ZP haya entregado Ceuta y Melilla, luego querran Canarias, despues Andalucia que le llamaran otra vez Al-Andalus y mientras por el norte los catalanes y los vascos desintegrando el pais y al final se acabara España y en el sur se impondra el invento de los moros llamado Marruecos -inventado en los años 40-
Uno por uno, desde noviembre de 1975, todos los gobiernos de España son culpables de dejadez y escurrir el bulto, tanto en el anterior régimen como el actual, tanto PP como PSOE. Primero, el vacio de poder que se produjo en España por la enfermedad terminal de Franco y que nadie del régimen quiso asumir esta responsabilidad (incluido el Rey). Después, la pólitica de los hechos consumados hizo que los sucesivos gobiernos de la democracia no se quisieran meter en lios y dejaron a los saharauis tirados en el desierto. Recuerdo el apoyo de Felipe Gonzalez al Frente Polisario en el año 77 ó 78 (no recuerdo bién) arengándoles en una asamblea del Polisario (creo que dijo "hasta la victoria final" o una chorrada similar). Efectivamente cuando tuvo la responsabilidad de gobernar, no hizo absolutamente nada, bueno si, hacerse amiguete primero de Hassan y después de su hijo Mohamed. Ah, por cierto, el Sahara de colonia nada, cuando formaba parte de España era una provincia mas, con su representación como procuradores en Cortes.
Lo de que esta pasando en el Sahara no tiene nombre y todos tenemos algo de responsavilidad.
A mi entender, lo que pasa en el Sahara es lo siguiente: Unos gobiernos sean del color que sean, por defender "lo que tienen en Marruecos", y otros por "miedo" a lo que pueda traer una firmeza defendiendo lo que tanto defienden de "boquilla", LOS DERECHOS HUMANOS.
Estoy de acuerdo con Xavi, pero yo si conopcí al Sahara ESpañol como colonia, si se que al final fue una provincia española como me lo demuestra l serie de sellos españoles emitidos con los escudos de las provincias españolas. Recuerdo que el primer viaje de Juan Carlos I al exterior cuando asumió el poder mientras Franco deshojaba la margarita de si me muero o no, fue a ese territorio. Pienso que los marroquies deben tener muy bien agarrados a los gobiernos españoles con intereses como la pesca, o la defensa de las Canarias.
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