José Estruch Crespo, el médico que declaró la guerra al cólera en Alzira
Combatió varias epidemias de cólera morbo en el siglo XIX y propició la llegada del doctor Ferrán, que experimentó la vacuna
Quedan en Alzira descendientes del eminente médico, que fue en el siglo XIX, José Estruch Crespo. Por lo menos biznietos, que llevan el apellido del metge Estruch. Luis y Guillermo Costa Estruch; Javier y Marita Enguix Estruch. Gabriel Paris Boquera es el alcireño que más conocimientos y recuerdos conserva del doctor. Su esposa, Marita Enguix, es una de las descendientes del metge y su esposo, Gabriel, nos ha facilitado la fotografía con que hoy ilustramos este reportaje, que en esta ocasión retrocedemos a la mitad del siglo XIX.
Tuvo mucho que ver y hacer el doctor Estruch en los graves acontecimientos que asolaron nuestra ciudad en el año 1885, con motivo de la epidemia del cólera que, a través del médico valenciano, Amalio Gimeno, catedrático de la Facultad de Medicina de nuestra capital de provincia, se desplazara a Alzira el microbiólogo Jaime Ferrán para que en esta ciudad se practicara, a petición del alcalde, la prueba de la vacuna anticolérica creada por Ferrán, la cual se llevó a cabo con éxito.
Aunque el médico José Estruch no había nacido en Alzira, fue en Bocairent, en 1824, donde su padre tenía una oficina de farmacia que trasladó a nuestra ciudad instalándose en el número seis del carrer de la Lotja, hoy Faustino Blasco. Tenía Estruch siete años cuando llegó a Alzira. Tras pasar por la escuela de primaria siguió en la secundaria obteniendo el título de bachiller e inclinándose por la vocacional profesión de la medicina, ingresando en 1842 en la Facultad de Valencia. Tres años más tarde, en 1845, alcanza el grado de bachiller en medicina a claustro pleno y en 1848, el 1 de julio, recibe el título de Licenciado en Medicina y Cirugía.
Contaba veinticuatro años de edad cuando regresa a Alzira abriendo la consulta; la clínica médico-quirúrgica, en la calle Santa Lucía, 42, que años más tarde sería la casa de los Pardo. Unos años después, en 1854, hizo su aparición en Alzira el cólera morbo asiático, por segunda vez en este siglo XIX, en Octubre; en un mes se consiguió sanar a los afectados sin que se produjera baja alguna.
Nuevamente, en la primavera entrante del siguiente año, hubo otro brote de epidemia que se extendió con grave virulencia y los médicos de Alzira tuvieron que trabajar a destajo aplicando medicaciones y la higiene con que se contaba en aquella época. En estas condiciones, José Estruch, titular de medicina de Beneficencia Municipal, hubo de desplegar todas sus energías en defensa de la salud pública librando de la muerte a bastantes afectados por la peste. La mejor prueba de su dedicación facultativa era de casa en casa visitando a sus enfermos, es la felicitación que recibe de la reina Isabel II, a través del gobernador civil de la provincia, en Abril de 1856. Nueve años más tarde vuelve a aparecer por estas tierras el cólera morbo atacando con más virulencia a sus habitantes. El doctor Estruch, más familiarizado con el terrible virus, en unión de sus compañeros de Alzira, siguiendo sus instrucciones por gozar de más practica en la profesión y además de más edad. Por todos estos desvelos, la reina, tras oportunas averiguaciones determinó conceder al doctor José Estruch la Cruz de Epidemias.
No tuvo nuestro paisano más empleos en Alzira, ni cargos que los propios de su carrera, dedicándose de lleno a sus enfermos que mucho le estimaban. Fue vocal de la Junta Municipal de Beneficencia; titulado del Hospital de Caridad de esta ciudad y forense de su partido judicial. Además, el Gobierno le condecoró con la Cruz de tercera clase de la Orden Civil de Beneficencia.
Nuevamente, el doctor Estruch interviene contra el zarpazo del cólera, convertido en epidemia general en la vertiente mediterránea, trabajando al lado del sabio microbiólogo Jaime Ferrán, que vino a Alzira en aquel fatídico año 1885, venciendo tan gravosa epidemia que tuvo una duración de casi medio año, con la total destrucción microbiana de la peligrosa epidemia.
El doctor Jaime Ferrán y Clúa, en los días que permaneció en Alzira, se albergó en la casa del doctor Estruch y las vacunaciones, experimentando el medicamento del sabio tarraconense, se llevaron a cabo en el patio de las Escuelas Pías acudiendo en masa la población a recibir el tratamiento.
La ilusión del doctor Estruch era ver desinfectada del virus en su ciudad con el que, como Jaime Ferrán, descubridor de la vacuna, hubo de luchar en periodos anteriores a la llegada del sabio a Alzira. Ya no tuvo problemas de esta índole el doctor Estruch en su pueblo durante el resto de su vida.
En 1890, en edad madura, sesenta y siete años y cuarenta y tres de profesión, decaído por los embates de su profesión, enfermó retirándose del ejercicio de la clase médica a su domicilio en la calle Santa Lucía, falleciendo el día 10 de Enero de 1891.
Dos médicos alcireños debemos destacar aquí, Francisco Sociats y José Ballester López, que siguiendo las instrucciones del doctor Estruch hicieron mucho bien en esta ciudad de Alzira luchando contra las enfermedades corrientes y las distintas invasiones del cólera morbo.
Alfonso Rovira
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Buen reportaje. Mi abuelo fue de los primeros que se la puso, él y su familia, recuerdo que lo contaba y que lo había hecho junto con don José Bolea Gorgonio
Felicidades por el artículo. Magnífica obra de divulgación. Solo un pero, el cólera es producido por una bacteria, no por un virus. recordemos Vibrio cholerae.
Sin duda, el trabajo de aquellos médicos fue ejemplar.
Añadir un comentario