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“Es lo que nos hace diferentes, es nuestro sello propio”
Al romper el alba, la claridad abrió la luz y San José nos ofreció un tiempo un poco más frio de lo que estábamos acostumbrados en los últimos días. Las nubes fueron ganando espacio al sol y el viento frio fue el protagonista.
Los chasquidos secos de los petardos atronaron de nuevo las calles en la “despertà; eso sí, la noche anterior había sido larga y las tropas falleras habían ido menguando.
Los buñuelos y el chocolate de la mañana fueron sin ninguna de duda el mejor reconstituyente para coger fuerzas y preparar la recta final de las fallas.
De nuevo las comisiones falleras, acompañadas por las charangas, fueron haciendo las acostumbradas visitas a los casales y monumentos. El colorido de los falleros desfilando y la alegría de la música inundando plazas y calles nos hace diferentes a las Fallas de Alzira, es nuestro sello propio.
La gente poco a poco fue tomando sitio en la Avenida de los Santos Patronos y sus alrededores. Una multitud expectante esperaba a las 14:00 horas. En ese momento, las falleras mayores de Alzira, Paula March Borrás y María Sanchis Fuster, micrófono en mano y al unísono, dieron la orden de rigor, “Senyor pirotècnic, pot vostè començar la mascletà”.
Fue entonces cuando José Manuel Crespo, de la Pirotecnia Valenciana de Llanera de Ranes, empezó a disparar 130 kilos de pólvora con una tecnología digital en la que fue de menos a más combinando fuego de colores. El terremoto final fue apoteósico, de esos que hicieron temblar hasta las palmeras.
El palco de autoridades contó entre otras personalidades con la presencia de la alcaldesa de Alzira, del equipo de gobierno y del secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte.
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