Consejo ofrecido por Audiovisión
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En los últimos años es fácil encontrar bazares, tiendas de regalo, gasolineras y otro tipo de establecimientos que ponen a disposición de sus clientes todo tipo de lupas gafas premontadas. Se trata de lentes que son vendidas como producto sanitario y que los usuarios pueden adquirir sin que exista una adaptación previa e individualizada por parte de un profesional de la visión.
Estos artículos suelen estar fabricados con lentes de baja calidad óptica, sin contar con el asesoramiento de personal cualificado, lo que puede derivar, dependiendo de la persona que las use, en importantes daños visuales.
Estas consecuencias se acrecientan en personas con deficiencias en la visión del tipo de la presbicia o vista cansada, provocando consecuencias perjudiciales para la salud visual. Los primeros síntomas de esta patología comienzan a manifestarse a partir de los 40 años de edad, en forma de visión borrosa o incómoda cuando se lee o trabaja en visión próxima.
El peligro de usar gafas premontadas radica en que sus medidas estándares de distancia interpupilar y graduación solo coincide con un 5% de la población con presbicia. Además, estas lentes están fabricadas en su gran mayoría en plástico inyectado y sin ningún tipo de tratamiento, por lo que la imagen que producen tiene una gran cantidad de aberraciones. Por otra parte, estos artículos pasan por alto los centros pupilares, los ejes visuales, los astigmatismos o las diferencias de graduación entre ambos ojos, ya que los cristales son iguales en potencia, por lo que su uso continuado puede perjudicar la visión binocular.
Ante la manifestación de síntomas de vista cansada, los profesionales de la visión recomendamos a los usuarios que se sometan a un examen visual, donde el óptico-optometrista le aconseje acerca de la corrección visual más adecuada en función de sus necesidades, características y estilo de vida.
Además, los profesionales de la visión queremos recordar a los pacientes con vista cansada que no existen en la práctica defectos visuales susceptibles de ser compensados de manera generalizada mediante lupas gafas premontadas industrialmente, y más cuando su producción no se encuentra controlada y, en la mayoría de los casos, no se efectúa un control sobre la mercancía.
En vez de esto, debemos destacar unos tratamientos ópticos especialmente indicados para la presbicia, entre los que se incluyen las lentes monofocales, bifocales, ocupacionales y progresivas, así como las lentes de contacto, o incluso se puede retardar su aparición mediante ejercicios de terapia visual.
Javier Rodríguez
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