Ha desarrollado su trayectoria musical en Benicull, Alzira y Zaragoza
Benicull rindió un homenaje a su músico Eugenio Taballo Navarro, en reconocimiento a su larga trayectoria profesional y por su vinculación con el pueblo que le vio nacer.
El homenaje se celebró el pasado jueves en el Centro Reina Sofía de la localidad durante el transcurso del Concierto Extraordinario de Navidad ofrecido por la Unión Musical de Benicull.
La primera parte del concierto tuvo como protagonista a la Banda Jove de la entidad, que fue dirigida por su titular Benjamín Moncho Franco. Interpretaron “Amazing grace”, con arreglos de Sadownik; “Who did it?”, de Jacob de Haan; “Take a break”, de Jacob de Haan; “Yankee dooble doo, de Jacob de Haan y “American the beautiful, de Samuel A. Ward.
A continuación, se procedió al homenaje a Eugenio Taballo. Se pasaron unas imágenes retrospectivas del galardonado, mientras el presentador del acto leyó un breve perfil del músico.
Siguió el concierto con la actuación de la Unión Musical de Benicull, dirigida en este caso por Eugenio Taballo. Interpretaron “Tercio de quites”, de Rafael Talens; “Bailando con lobos”, de Jay Bocook; “Tango for toreador”, de Herman Snijders; “Lo cant del valència”, de P. Sosa; “Japanesse Tune”, de S. Konagaya; “Vaudeville suite, de Scheffer; “A orillas del Danubio azul”, de Johan Strauss; “Marcha Radetzki, de Johan Strauss para finalizar con el tradicional villancico navideño “Noche de Paz”.
Al concluir el concierto, el alcalde de Benicull, Joan Vicent Geribés, entregó una placa conmemorativa y tuvo unas palabras de agradecimiento con Eugenio Taballo y manifestó: “Dicen que nunca se es profeta en tu tierra, pero en este caso sí, sólo ha hecho falta un poco de tiempo”.
Eugenio Taballo Navarro
La afición de Eugenio por la música le viene desde muy niño; siempre tuvo claro que lo suyo era la percusión. Las primeras lecciones de solfeo se las dio Salvador LLetí, padre e hijo.
En aquella época, década de los cincuenta, había muchas carencias en las familias y siempre no se podía adquirir lo que se deseaba. Eugenio se las ingenió para crear lo que sería su primera batería, se fue a casa "Antonio el de la Botiga" y consiguió una lata vacía de atún (tipo pandereta) que por aquellos años se vendía al por menor; le hizo agujeros por todo el borde de la lata y colocó en cada uno de ellos una clavo que cogió de la carpintería del almacén donde vivía; al darle sobre la lata con unos pequeños palos que hacían de baquetas, los clavos subían y bajaban, con lo que conseguía sonido y ritmo al que él acompañaba.
Pasada la infancia, prosiguió las clases con Alfredo Bisbal, gran músico hijo también de Benicull. Se inició en la percusión con los maestros Tomás Fabra y Enrique Cuello
En 1963, junto a su familia, se trasladó a vivir a la ciudad de Alzira; empezó su carrera en el Conservatorio de Música de Valencia (alternando trabajo y estudios). Tuvo como profesor en la cátedra de percusión Roberto Campos y Gerardo Cardona, de la Orquesta Municipal de Valencia. Durante los años de estudios fue componente del coro de voces del conservatorio y educando de la Sociedad Musical de Alzira, cuyo director en esa época era Francisco Hernández Guirado, con el que mantiene hoy aún una gran amistad. Don Francisco se interesó mucho por su formación, hasta el punto que cuando Eugenio se fue a cumplir el servicio militar a Palma de Mallorca, lo recomendó a su amigo Julio Ribelles, director de la banda de dicha ciudad y ex director de la Banda Municipal de Valencia.
Después del servicio militar cumplido, habiendo obtenido el título superior en la especialidad de percusión en el conservatorio, empezó a prepararse para opositar. Tuvo la suerte de contar con dos profesionales de la percusión, Manuel Añón Pérez y Miguel Berenguer Mercader, "Fumeral"; ambos actuaban a diario en Valencia, uno en el Hotel Astoria y el otro en el Mogambo Club, que regentaba el cantante Antonio Amaya. En junio de 1973 se presentó a las oposiciones de la Banda de Excma. Diputación de Zaragoza para cubrir una plaza de timbalero y quedó el número uno entre todos los participantes; contaba entonces con veinticinco años. A partir de entonces fijó su residencia en Zaragoza; no pasaron muchos años en contraer matrimonio con su novia de siempre, María Teresa. A la ceremonia religiosa asistió y actuó la Banda de la Sociedad Musical de Alzira.
Eugenio quería ampliar más sus conocimientos musicales y empezó a estudiar flauta con Ernesto Montagud, clarinete con Vicente Moll y a formarse como director. Como director se inicia en la Banda Municipal de Zuera (Zaragoza), en la que creó la escuela de educandos y ejerció como profesor de percusión.
Desde 1992 hasta 1996 fue fundador y director de la Banda de los Empleados Municipales del Ayuntamiento de Zaragoza, ofreciendo numerosos conciertos en recepciones oficiales, centros regionales y teatros de la ciudad.
Posteriormente fue fundador y director de la banda La Unión Musical de Torrero (Zaragoza), actuando durante algunos años en la ciudad de Pau en Francia.
Se le ha podido ver en televisión en las corridas de toros de las fiestas del Pilar y también en la Exposición de Zaragoza en 2008 como timbalero de la Banda de la Diputación de Zaragoza.
Como director invitado ha dirigido muchos conciertos, algunos de ellos aquí en Benicull con la Sociedad Musical de Alzira y con la Agrupación Musical de Veteranos de la Ribera del Júcar.
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