¿Qué sucede en el cerebro de un sádico sexual?
Sus afectados sólo obtienen placer sexual cuando infligen daño, sufrimiento o humillación a los demás
Recogemos hoy en nuestra sección dedicada al periodismo de sucesos, crónica negra e investigación un interesante artículo de Patricia Matey publicado en El Mundo hace tan sólo unos días. En él nos habla sobre ¿Qué sucede en el cerebro de un sádico sexual?
El sadismo sexual es una enfermedad psiquiátrica que hace que sus afectados sólo obtengan placer sexual cuando infligen daño, sufrimiento o humillación a los demás. Aunque la Psicología y la Medicina Forense han sabido caracterizar bien esta patología, se sabe muy poco acerca de los circuitos neurocognitivos involucrados en ella.
Sin embargo, científicos de Nuevo Méjico y de EEUU publican los datos de uno de los primeros estudios que han evaluado a un grupo de afectados con pruebas de imagen.
Carla Harenski, del Departamento de Psicología y Neurociencias, de la Universidad de Nuevo Méjico, en Albuquerque, es la autora principal. Su ensayo demuestra que las personas sádicas, comparadas con las que no lo son, tienen una mayor activación de ciertas partes cerebrales cuando observan imágenes que reflejan sufrimiento.
"Para poder conocer los mecanismos neuronales que se encuentran detrás de la observación de escenas de dolor por parte de las personas sádicas y las que no lo son, los participantes fueron evaluados mediante imágenes cerebrales con resonancia magnética funcional mientras observaron 50 imágenes en las que se infligía daño intencionado a otros (por ejemplo, una persona golpeando con una puerta la mano de otra). Además, calificaron la 'intensidad del dolor' de cada una de ella. Asimismo, también les mostramos 25 imágenes temáticas sin escenas de sufrimiento", según detallan los investigadores en el último 'Archives of General Psychiatry'.
El objetivo era comprobar la involucración de determinadas áreas frontotemporales del cerebro, como la insula anterior. Estas regiones están asociadas al 'dolor afectivo', procesamiento de las emociones cuando se observa a alguien sufrir. También se evaluó si con las escenas de sufrimiento, se 'ponían en marcha' otras zonas cerebrales (amígdala o hipotálamo) relacionadas con el deseo sexual. Leer artículo completo en su fuente original.
Trailer de “El asesino dentro de mi”
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