Por: Antonio Caballero
“El craquelado es un fenómeno de deterioro común en pinturas antiguas”
Es sabido que el color, el ambiente o una estancia nos pueden cambiar de actitud. El color oscuro nos deprime, el claro nos despierta, el ambiente enrarecido nos aleja, el buen ambiente nos une y todos estos detalles nos hacen ver las cosas de manera diferente. Es por eso que apuesto por el optimismo y, cómo no, lo conseguiremos con el mueble.
Consideramos que un mueble viejo está dotado, por así decirlo, de vida propia, ya que ha formado parte de nuestra existencia y ha estado a nuestro servicio, como cualquier otra obra o manufactura humana.
El término “mueble” deriva del latín “moverse: mover, que se mueve”, de esto deducimos que se puede reutilizar, readaptar y rejuvenecer un mueble que haya vivido a lo largo de los años en distintas casas o en una única casa es digno de respeto, sea cual sea su valor material ha adquirido vida autónoma y puede readaptarse perfectamente a un nuevo entorno. Un mueble sencillo sin grandes pretensiones nos puede sorprender y volver a valorar de nuevo esta pieza olvidada.
Restituir el aspecto a un viejo mueble otorgando un nuevo aspecto y función no es difícil, sólo hace falta imaginación. Eso sí, experimentando sólo con aquellas piezas que no son de gran valor artístico. Normalmente muebles de realización sencilla, de formas armoniosas y graciosas.
Un ejemplo es esta mesita que acaba siendo toda una revolución de color, una mesita apartada que el cliente quería recuperar y readaptarla a su nueva ubicación, una habitación juvenil. Para ello empleamos la técnica del craquelado. El craquelado es un fenómeno de deterioro común en pinturas antiguas. Consiste en la aparición de grietas que en los casos más graves llegan a fragmentar la capa de pintura y desembocar en su desprendimiento. Este signo de envejecimiento se suele imitar en muebles y pinturas para darles apariencia antigua. Pero no queremos darle una apariencia antigua si no modernizarla empleando este procedimiento sobre un fondo amarillo aplicamos el color blanco, el efecto craquelado con las finas grietas producidas por este proceso hace aparecer el color amarillo de base y junto con el entelado del frontal de los cajones presentamos esta conjunción de color y vistosidad sobresale a primera vista.
No resulto caro este trabajo; con 25 euros se puede personalizar el mueble totalmente.
Restaurar, renovar, rejuvenecer un mueble nos renueva también un poco a nosotros mismos.
Antonio Caballero Bataller
Restaurador de muebles
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