Por: Antonio Caballero
“Hoy ya no se utilizan estas técnicas para deslumbrar al visitante, simplemente forma parte del acabado decorativo”
Un mueble como elemento decorativo es igual a un lienzo; puede servir como soporte a nuevas ideas pictóricas, patinas y texturas diferentes. Como siempre he dicho, el mueble corre paralelo a los gustos artísticos de cada época, pero tiempos pasados pueden actualizarse recurriendo a los efectos visuales que nos ofrecen estas técnicas.
Artes como el raspado, el estarcido, craquelados… llevan siglos formando parte del repertorio decorativo y en la actualidad sigue tan vigente como antaño.
Algunos efectos pictóricos se realizaban para simular a materiales nobles como el mármol y el veteado de madera de primera calidad pretendía impresionar, aparentar lo que no es… hoy ya no se utilizan estas técnicas para deslumbrar al visitante, simplemente forma parte del acabado decorativo.
Según Ian Chilvers, en su Diccionario de Arte, es la incrustación, generalmente verde, en la superficie de un objeto de metal (particularmente típica del bronce) causada por oxidación. Tal cambio de coloración se produce de forma natural por la acción del tiempo y la exposición al aire y puede ser acelerada o modificada cuando un objeto se sumerge en el mar o en la tierra, donde determinados elementos causarán reacciones químicas varias.
La patina puede producir un atractivo efecto añejo y desde el Renacimiento las estatuas de bronce han sido a menudo patinadas artificialmente, generalmente con ácidos. Por extensión, el término “patina” se aplica a cualquier forma de envejecimiento o cambio de color de una superficie, por ejemplo el barniz opaco o sucio por el paso del tiempo. Por lo tanto, cuando hablamos de patina nos referimos al efecto envejecido por el tiempo de un objeto. Esta patina adaptada a la decoración se convierte simplemente en cambiar la apariencia original de un objeto.
Otro efecto pictórico es la textura. Ésta nos presenta el aspecto externo de las superficies, sus formas y el material del que están hechas. Las texturas pueden ser naturales y artificiales, las texturas naturales son aquellas superficies y cuerpos de la naturaleza: el tronco del árbol, la piel de un animal, etc.
Las texturas artificiales son las producidas por el hombre, la superficie de una pared, los tejidos, etc. Por último, la textura visual nos produce el efecto óptico de una superficie como puede ser la apariencia del mármol (marmolizado).
Junto a la patina, la textura representa la explosión plástica en la decoración, existe un efecto pictórico para cada entorno y así, aplicando la técnica del raspado y el aspecto sedoso del trapeado, favorece al mobiliario tradicional.
La pintura a la esponja, el punteado y el raspado crean un efecto cromático discontinuo que confiere profundidad y va muy bien a las casas rusticas o de pequeñas dimensiones.
Mas abiertamente decorativo es el estarcido, que tanto éxito tuviera en la América del siglo XVIII, donde la escasez de la pasta de madera limitó la existencia de papel pintado. Utilizado en forma de greca, en sustitución de elementos arquitectónicos como las cornisas o rodapiés, en motivos sueltos empleados para decorar el mobiliario el estarcido nunca pierde su atractivo, ya se presente en un estilo sencillo, con reminiscencias del arte popular, o en un complejo diseño de flores y hojas.
Hay otros efectos pictóricos que fueron diseñados originalmente para imitar los materiales naturales poco asequibles por su escasez o su precio. Quizá sea el mármol izado el más conocido, pero tanto la imitación del bambú como el veteado de la madera se requiere de una cierta destreza manual, como se requiere de una cantidad de tiempo y de habilidad, estas técnicas suelen reservarse para superficies decorativas tales como tableros de mesas o frontales de chimeneas.
Unas técnicas de tradición milenaria nos transporta de nuevo a la antigüedad, pero esa percepción sólo será posible mediante los efectos pictóricos que generación a generación llegaron a nuestros días, gracias a los anónimos artesanos, a su fantasía y creatividad nuestro hogar se hace más acogedor.
Antonio Caballero Bataller
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