

Relato literario de Eva Borondo
“…Recuerdo el esfuerzo de mi padre por pasearnos sobre su espalda mientras que nosotros disfrutábamos de no hacer pie, imaginando que íbamos a caballo”
Los domingos literarios
Eva Borondo
Recuerdo a mi padre llevarse la pipa a la boca, perfumando todo el ambiente con olor a tabaco. Luego yo la encontraba limpia, sobre la estantería, y mordía la boquilla aspirando repetidas veces para volver a oler ese aroma dulzón.
Recuerdo días de lluvia con mis padres en casa, trabajando, y mi hermano y yo en una mesa, grabando en una cinta virgen canciones de la radio, a menudo tintadas por la voz del locutor, que pisaba impune la música. Ignoraba, quizás, que en ese preciso instante sus palabras sin importancia y su entonación modulada quedarían para la posteridad en una cinta vieja, que posiblemente yo escucharé dentro de unos años, después de que haya sido usada antes infinidad de veces.
Durante horas mi hermano y yo oíamos anuncios, melodías y voces que eran seguros preliminares de las canciones que realmente nos interesaban.
En ocasiones, uno de los dos pulsaba el botón rojo cuando todavía la larga intervención del presentador de radio no había concluido.
Entonces, nerviosos y acelerados, con risas menudas y mordidas de labios, rebobinábamos la cinta y la dejábamos preparada en el mismo punto en el que finalizaba la última canción.
Recuerdo también que mi hermano y yo jugábamos a las peleas. De rodillas luchábamos por tumbarnos como cachorros de león.
Recuerdo el esfuerzo de mi padre por pasearnos sobre su espalda mientras que nosotros disfrutábamos de no hacer pie, imaginando que íbamos a caballo en un sueño que se desvanecía en pocos segundos, cuando mi padre se levantaba rojo y encolerizado para decirnos que ya no más.
Recuerdo (y no es poco) una infancia feliz.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Si digo que es sublime sería redundar. Parece un relato biográfico, prácticamente me veo reflejado (y tampoco es poco).
¡ Que bonito yo también recuerdo el botón rojo ! recuerdos muy bonitos.
Estimada Eva, consigues en pocas líneas darnos un arañacito en el Alma un vuelco en el sentimiento del recuerdo y nos damos cuenta al detenernos con tus palabras al mirar hacia atrás, de algo que a veces no queremos ver, que ya somos unos adultos tal vez demasiado adultos, que somos de una generación que era distinta. Con detalles que nuestros jóvenes verían arcáicos, el simple botón rojo que grababa nuestras canciones en aquellas cintas de 30, 60 o 90 nos dice que todo era distinto: Sólo nos ponían dibujos animados los sábados después del telediario de las tres, ¡aquello si que era un acontecimiento para nosotros los niños de 9 años¡ y luego apagón de la tele hasta las 6. ¿Te acuerdas de aquella frase que jamás se ha vuelto a repetir? y que era tan normal para nosotros... ¿a qué hora empieza hoy la tele? ya ves Eva hoy 200 canales 24 horas. Enhorabuena por todos tus textos. Toni.
Benito, es muy biográfico, muy personal. Sublimes tus palabras, como siempre.
María, el botón rojo, el rec, inolvidable. Gracias por tu visita fiel.
Toni, a veces cuesta imaginar una vida sin tantas nuevas tecnologías y en verdad que a veces siento pena de que los niños de esta generación no puedan disfrutar de una vida casi primitiva, de lejos que se siente ya.
Es común escuchar que los chicos de hoy día lo tienen todo. ¿Eso es cierto? No estoy de acuerdo, como supongo que tú tampoco, como deduzco por tus palabras. Hoy día lo más importante para un chico o una chica es que se les escuche y no todos están dispuesto a regalar tiempo para ellos.
Besos a los tres y feliz domingo.
Este relato me ha recordado a mi padre, pues también fumaba en pipa y cada vez que huelo el aroma que deja alguien que tiene la costumbre de fumar en pipa me acuerdo de él. Mira por donde, al empezar a leer el relato me he sentido nostálgico. Por cierto, muy bueno el relato, hoy he leído todos los que has publicado por aquí. Te seguiré a partir de ahora.
Raúl a ti la pipa y a mi el subir al "bé" como decía mi padre cuando le montaba en la espalda a caballo. ¡Qué recuerdos! Hace dos años que lo he perdido.
Raúl y Manolo, me alegro de haberos despertado con el relato esos pequeños momentos de la infancia que al final son tan importantes en el desarrollo afectivo de la personalidad.
Raúl, me ha hecho ilusión que leyeras los relatos y te gusten. Es emocionante.
Manolo, siento esa pérdida tan cercana en el tiempo. Desde mi rincón te mando todo el ánimo para sobrellevar esa ausencia.
Besos
De nuevo mi felicitación, me he visto a mi mismo volviendo a participar de esas vivencias en tus líneas, que te agradezco compartas con nosotros.
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