

Treinta y nueve motivos
“Tele 2 y mi banco… cariño para dar y vender”
Desde que estoy dedicándome a mi actual trabajo tengo cuenta y actividad en el mismo banco. También mantengo una relación “amorosa” con la misma compañía de telefonía; ellos me ofrecen sus servicios a cambio de mis eurillos. Todo perfecto. Ni un sólo problema.
Hace dos meses mis números visitaron por primera vez la zona roja. Fue por un par de días y con un guarismo de dos dígitos, no más. En esa franja del calendario la entidad bancaria recibió al cobro el recibo mensual de la empresa telefónica. Ni tuvieron el detalle de pagarlo (corriendo el riesgo de asumir la desorbitante cantidad de treinta y nueve euros) ni la consideración de avisarme. No me di cuenta y pasaron sesenta días. El recibo del mes posterior sí que fue pagado. Mi sorpresa ha sido que me he visto sin línea de teléfono ni internet.
Creyendo que podría deberse a una avería llamé a la buena gente de Tele 2, que así se llama mi amante telefónica y, al fin, después de hablar con un par de robots, marcar 1 o 2 -según la opción deseada-, decir “este mismo” y esperar un rato deleitándome con una agradable selección musical en perfecta simbiosis con la repetida “no se retire, por favor, en estos momentos todos nuestros agentes están ocupados” me explicaron, sin más, el motivo del corte del servicio, al cual procedieron, al igual que los amigos del banco, sin ningún aviso previo, ni llamada, ni mensaje, ni carta. Nada. Bueno, para ser justos he de decir que si me hicieron señales de humo no las vi. Utilizo internet para trabajar, además del teléfono, y por este motivo que he explicado estuve dos días sin poder comunicarme con mis clientes.
Desde lo más profundo de mis costillas, más o menos de la parte del corazón, quiero expresar mi profunda gratitud a Tele 2 por preocuparse así por mi salud; haciendo que me tomara unas pequeñas vacaciones disfrutando de la tranquilidad del hogar, sin tener que atender, solícito y servicial, las peticiones de los clientes.
También quiero expresarles mi consternación, dolor y malestar por haberles causado tan irreparable quebranto financiero al no poder satisfacer, en tiempo y forma, el pago de esos treinta y nueve euros con los que, por supuesto, contaban para otros muchos menesteres financieros, si no vitales.
Implorando su perdón, y como muestra de mi arrepentimiento, además de publicarla en EL SEIS DOBLE, voy a enviarles esta carta con la finalidad de que la guarden (no aspiro a que la lean, por favor, aunque me desviva en alabanzas no está en mi ánimo hacerles perder más tiempo) para poder utilizarla en el improbable caso de que, ¡quién sabe! llegara el día en que la empresa suministradora de papel higiénico les cortara el suministro; por falta de pago o empatía, ¡vaya usted a saber!
Como no quisiera que se repitiera una situación semejante (no soportaría volverles a hacer la mala pasada de dejarles sin mis/sus treinta y nueve euros) he optado por no hacer más daño a quien tanto quiero y tanto me quiere y romperé esta adorable relación de amor. Voy a cambiar de compañía y, cuando se me pase el disgusto, hablaré de temas afectivos con los del banco, que también tienen cariño para dar y vender.
A sus pies.
Casanova
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Casanova, me solidarizo contigo. La foto muy buena y muy expresiva. Que cada uno se ponga a pensar.
Casanova aquí conmigo tienes otro caso más. Me quedé un día de 8'25 € y me devolvieron un recibo de agua de 19 € sin enterarme. No quiero decir nada más de los bancos porque hoy es sabado y quiero estar contenta, que si digo algo se me amarga el día.
Pues igual de los dias que has estado deudor te han cobrado un 20%....... y están libres en la calle
Pacencia amic, pacencia, altra cosa no et puc dir
Casanova, creo que somos muchos los que nos hemos visto en tu misma situacion.Sobre todo con nuestro amor hacia algunas entidades, gran amor este por cierto, y nuestras ganas de acordarnos de la madre de alguien en su santo.Cuidate y paciencia.
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