

Artículo de opinión de Xavier Cantera
Los mercados insaciables hacen lo que quieren en su único interés, sin respetar a quienes producen lo que ellos venden y comen

Una opinión más
----------------------------------------------
Xavier Cantera
Normalmente "poner puertas al campo" significa "poner límites o restricciones a algo que no se puede controlar", pero en esta ocasión, quiero que sean "puertas de protección para que no lo esquilmen los mercados, los intermediarios y las multinacionales de la alimentación. Más bien habría que poner muros y puertas a los mercados insaciables que hacen lo que quieren en su único interés sin respetar a quienes producen lo que ellos venden y comen.
Durante las dos horas que estuve mezclado entre la multitud, protestando y exigiendo precios justos, trato digno y ayudas suficientes para las personas agricultoras y ganaderas, y para sus explotaciones o empresas, pude observar que nadie exhibía ningún cartel o pancarta en contra del "libre mercado", cuando, a mi entender, este es el criterio que manda en todos los responsables de la crisis agrícola y ganadera. Ponerle puertas al mercado es lo mismo que decía Milton Friedman, premio nobel de economía en el 76 y nada sospechoso de izquierdista: “Por supuesto, la existencia de un mercado libre no elimina la necesidad de un gobierno. Por el contrario, el gobierno es esencial como foro para determinar las reglas del juego y como árbitro para aplicar las reglas que se decidan.” Ahora entiendo porqué muchas personas manifestantes gritaban contra los gobiernos europeo, central y autonómico, se exigía más y mejor intervención de los gobiernos.
Estos días, cuando se escuchaban muchas voces exigiendo una relación justa entre el precio en el campo y en el super de un producto agrícola o ganadero, pensé que era una exigencia muy razonable pero que "la mano negra" lo estaba impidiéndolo y encontré a un experto en mercados, como Philip Kotler, que denunciaba la situación de esta manera: “No vigile el ciclo de vida del producto, vigile el ciclo de vida del mercado", ya que como decía Tony Judt historiador británico especialista en Europa, el mercado no es tan bueno como lo pintan: “Los mercados nunca generan automáticamente confianza, cooperación o acción colectiva para el bien común. Todo lo contrario; la naturaleza de la competencia económica implica que, el participante que rompe las leyes, triunfa, al menos a corto plazo, sobre sus competidores con más sensibilidad ética”. Será libre pero no juega limpio y favorece a los poderes que más le interesan en contra de los de siempre. Sufriendo la clase campesina y ganadera desde hace mucho tiempo tanta injusticia, ¿cómo puede ser que se siga defendiendo el absolutismo del libre mercado que de libre no tiene nada ya que solo mandan en él cuatro multinacionales con su bancos y comercializadoras correspondientes? ¿Se quiere de verdad que los gobiernos intervengan o solo que den subvenciones? ¿Por qué Europa no acepta las peticiones de la agricultura y ganadería española? ¿Qué podemos hacer si el Tío Trump nos castiga por no cumplir sus reglas? Debemos respaldar la lucha de la ciudadanía agrícola y ganadera y exigir al gobierno progresista que intervenga para que el libre mercado global no destruya la democracia y así podamos dar pasos hacia una "economía social de mercado" que combina la libre iniciativa con un progreso social asegurado por la capacidad económica y por la mayor equidad en el reparto de la riqueza. No dejemos que el "Tío Tom" y su mercado nos avasallen.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Estic hasta els collons! Estos politicuchos que tenim i hem tingut el camp els ha importat una bleda, i portem molts anys, pero per fí els llauraors han dilt ja hi ha pròu. Es que ja estarà bé, de portar merda de fòra pagant-la bé i açí que ens donen. A vorem el Govèrn de salvaors si donen els " frutos" crec que nanay. Estic hasta els collons dels politics!
En el mercado no mandan las multinacionales ni los bancos: manda el consumidor que paga libremente por un producto. Todavía no he visto a Bill Gates ponerle la pistola en la cabeza a nadie para que compre sus sistemas operativos. La ÚNICA forma en la que un gobierno debería intervenir en la economía es poniendo aranceles a los productos importados que sean producidos en el mercado en el que quieren entrar. De ese modo cuando un consumidor vaya al súper y vea las naranjas valencianas y las marroquíes o surafricanas al mismo precio tomará su decisión en base a la calidad y no al precio.
Trump hace muy bien poniendo aranceles a nuestros productos, y lo mismo deberíamos hacer nosotros con terceros países que importan productos que también se producen aquí.
Sr. Cantera, no lo olvide: aunque no le guste, los países con un sistema económico basado en mayor o menor medida en el libre mercado son los países más prósperos a los que todo el mundo quiere emigrar. Aún no he visto a surcoreanos, australianos o fineses emigrando en masa a Venezuela, Cuba o Corea del Norte. Blanco y en botella.
alziro te veo muy inocente con esto de los mercados. El consumidor compra lo que las distribuidoras exponen en sus tiendas.
Primero crean la necesidad de tener un producto, después lo ponen a la venta y al final, el consumidor lo compra y muestra su satisfacción por poseerlo.
viejo, ¿dónde está la pistola que ponen las distribuidoras en la cabeza de los consumidores?
alziro, estás utilizando el mismo argumento que los ladrones que vendían preferentes a los ciudadanos. ¿Supongo que no serás uno de ellos?.
saludos.
No viejo no, no soy vendedor de preferentes, ni comprador tampoco. Pero sí, el argumento podría ser el mismo, a nadie le obligan a firmar una hipoteca ni a contratar acciones preferentes. Contéstame, venga no tengas miedo: ¿dónde está la pistola?
alziro, no necesitan de pistolas, les sobra con la publicidad o con el marqueting. Esas herramientas son las que hacen que pagues 10 veces más por una prenda por el solo hecho de llevar un cocodrilo o un caballo en la pechera.
Esas sutiles herramientas hacen que prefieras, y pagues el doble, por unas zapatillas fabricadas en Vietnam por niños hambrientos a unas zapatillas fabricadas en España con mayores rigores laborales y sociales .
Esas herramientas que hacen que la colocación de un producto en la estantería de un comercio sea determinante para su venta, o que la temperatura de un comercio o la música influya en las ventas, etc. etc.
No, no son necesarias las pistolas, basta con el desamparo del consumidor ante los millones de euros que invierten las multinacionales en publicidad y marqueting que nos mediatizan para consumir lo que ellas desean.
saludos.
Añadir un comentario