Artículo de opinión de “Sierra”
Sus intenciones políticas están alejadas de los intereses de los ciudadanos
Anteayer, en el debate sobre el estado la Nación, Zapatero no paró de repetir: “Voy a seguir mi camino, me cueste lo que me cueste”.
Con esta frase quiere reivindicar su visión de la política económica y hacer hincapié en las medidas de recorte que son solo efectivas a corto plazo.
Primero se empeño en negar la crisis y después, una vez metidos de lleno en ella, se empeñó en afirmar que lo peor ya había pasado. Hoy, año y medio después, sigue afirmando lo mismo con unas expectativas cada vez menos prósperas sobre la economía española.
Pero esto no es lo peor de todo. Lo peor es que en el debate solo se evidenció que el presidente y el candidato de la oposición se afanan por usar el tema crisis para poner sobre la mesa sus interesas políticos.
Cuesta creer que cuando afirman que quieres lo mejor para los ciudadanos sea verdad. Resultan tan claras sus intenciones políticas, alejadas totalmente de los intereses de los ciudadanos, que en sus argumentos por defender su postura solo salen a la luz su desprecio por el contrario.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
No, no son charlatanes, son los representantes que democraticamente hemos elegido y que utilizan todas sus argucias políticas para alcanzar o mantener el poder.
Es posible que nuestra clase política esté desprestigiada, entre otras cosas por la profesionalización de la política, pero no me negarás que son mayoría los que se involucran en política para intentar mejorar nuestra sociedad y nuestro bienestar. Como en todas las profesiones (tambien en la política), existen los malos profesionales y las malas personas que utilizan sus medios para su provecho personal, pero me gusta pensar que son los menos.
Tal vez a los que administran nuestros impuestos, se les debería de exigir una vida modélica y ejemplar, así como una extrema diligencia en los dineros de los contribuyentes, pero eso ya lo hicieron los donatistas en tiempos de San Agustín y fueron ajusticiados por el poder con la anuencia de la Iglesia oficial.
En fin, no es bueno generalizar.
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