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Un belén con virusOpinión: Xavier Cantera
Bon Nadal sin contagios, por favor
Una opinión más
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Xavier Cantera
En aquel tiempo, de donde copiamos la escenificación del belén, también sus gentes vivían asustadas porque una desgracia se cernía sobre sus vidas, pero así como ahora el mal sentencia a muerte a las personas mayores, en aquel tiempo eran los bebés varones quienes tenían que confinarse con sus familias para que la soldadesca del tirano Herodes no los matara. No se pueden hacer chistes con el comportamiento de aquel representante del dominio romano cuando nos cansamos de soportar el jaleo que pueden armar las criaturas, pidiendo que vuelva; como tampoco podemos, ni pensarlo, hacer el comentario de que las muertes de las personas ancianas por la Covid 19 han servido para reducir el coste de las pensiones o para dejar plazas libres en las residencias. Seríamos muy mala gente, pero aún son peores quienes utilizan esta noticia falsa para crear angustia entre las personas al tiempo que atacan, con ella, al contrario político. En Belén no se vivía, precisamente, una situación idílica: ni el granjero, ni el panadero, ni el agricultor ni los pastores estaban tranquilos, era un pueblo en pánico y totalmente asustado y escondido en sus casas con sus criaturas. Si el Niño Jesús hubiera sabido que su nacimiento iba a producir tanto dolor y muerte inocentes, estoy seguro que no hubiera nacido en una tierra gobernada por un tirano con miedo a perder su trono. No hacía falta tanta desgracia, o quizá sí, para enseñarnos que la fraternidad nos obliga a vencer las tiranías y a eliminar todo tipo de esclavitudes y de dominadores. La línea argumental del Libro Sagrado es la liberación de las personas desde aquella salida de Egipto. Hay una gran diferencia en nuestro tiempo: ahora hay un Estado social y de derecho que protege a la ciudadanía contra la pandemia mediante los servicios públicos y por eso deberíamos modernizar e introducir en el Belén, como hace Famosa con sus muñecas: un ambulatorio con su personal sanitario, un hospital con sus profesionales, un parque de bomberos, un cuartel de la UME, un retén de ambulancias o de protección civil, un banco de alimentos, un dispensario de los mismos, una escuela y un departamento de servicios sociales sin olvidar algunas empresas de productos esenciales. Sería un Belén actual y no una escena anticuada como monta nuestro Ayuntamiento.
Pero existen muchas maneras modernas de matar a la infancia inocente: desde la más normalizada como es no reduciendo la ratio por aula o no dotarla del personal necesario, hasta la más cruel de esclavizarla parar extraer o transportar el coltán, para la explotación sexual o para traficar con sus órganos en el primer mundo que, mayoritariamente, se llama católico. Aún quedan muchos tiranos que producen más desgracias que el virus. BON NADAL sin contagios, por favor.
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