Artículo de opinión de Carlos Ramírez
“El caso más próximo que nos podemos encontrar es el comportamiento de un espectador en un campo de fútbol”
Bajo sospecha
Carlos Ramírez
La observación es un método de aprendizaje psicológico que llevamos todas las personas de forma innata desde que nacemos. Tal y como su propia nomenclatura indica, consiste en ver lo que hacen otras personas, cuál es el modo de actuar, barajar las consecuencias que se derivan de sus conductas y, finalmente, imitar dicho comportamiento. En el 90 % de los casos este tipo de aprendizaje es llevado a cabo por los niños, quienes copian, repiten e imitan lo que hacen sus adultos más cercanos, sin tener en cuenta, en muchas ocasiones, que el comportamiento en cuestión es irresponsable o incorrecto. El caso más próximo y más familiarizado que nos podemos encontrar, que todos habremos observado alguna vez, es el comportamiento de un espectador en un campo de fútbol. Con frecuencia se oyen insultos hacia el árbitro o a los jugadores, se producen altercados y tanganas entre los propios jugadores o de los espectadores que a menudo conlleva enfrentamientos y cargas policiales. Pero no hace falta acudir al caso extremo, tan solo yendo a un campo donde juegan niños de 6 y 7 años, cuyos padres suelen ser los espectadores del encuentro, podemos escuchar los mismos insultos hacia el árbitro o tercera personas, así como continuos enfrentamientos con otros padres y entrenadores.
¿No se dan cuenta que seguramente dichos comportamientos van a ser imitados por sus hijos en un futuro? ¿Cómo va a actuar un niño cuando crezca si su padre ha estado siempre insultando al árbitro y comportándose de forma incorrecta y maleducadamente en un campo de fútbol? El niño actuará de la misma manera.
Adjunto un vídeo que refleja lo anteriormente explicado, esperando que sirva para que nos demos cuenta y reflexionemos sobre cuál es la realidad social y la influencia que tienen los adultos en los comportamientos de los más pequeños.
#p#sicologíacriminal #p#revención #i#nvestigación
* Carlos Ramírez es alzireño y estudiante de Criminología en la Universidad de Valencia
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
La verdad que este tipo de comportamientos deberían de acabarse, da pena ir a un campo de fútbol.
El articulo es bueno, pero la foto es estupenda, además del deo implicador de la mala educación, muestra el mismo coraje que mostraría el padre en un partido de futbol que se va perdiendo.
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