

Reflexión de Patricia
“Es triste sentir que entre tanta gente puedes encontrarte sola”
Aturdida por los sueños que cada noche me desvelan, me levanto sonámbula al amanecer con el increpante sonido del despertador, que me recuerda que formo parte de una inmensa monotonía. Vestida de cualquier manera, sin importarme demasiado el día en que me encuentro, pues todos son lunes; otro lunes más que voy a devorar, gafas oscuras en los ojos y salgo a la calle. Camino por la acera, contra dirección de todo el mundo. La gente pasa por mi lado notando sus pisadas, observando esos ojos perdidos, siento mis pasos y mis ojos van igual de perdidos en busca de nada. A nadie parece importarle mi presencia, nadie cambia su mirada hacia la mía. Camino sola rodeada de la multitud, ni un solo perdón al chocar nuestros hombros violentamente. Es triste sentir que entre tanta gente puedes encontrarte sola, pensado que, tal vez, el camino elegido es equivocado, que tu dirección no es la correcta, que no encajas en esta acera donde la gente va en sentido contrario. Quizá en la otra tampoco encajes. En medio del silencio, oigo una voz que grita mi nombre, me detengo y vuelvo la vista hacia el otro lado de la calle. Alguien me llama desde enfrente, me sonríe, me mira, me saluda con la mano pero sin detenerse ni un solo segundo, sigue su camino hasta doblar la esquina. Se fue.
Otro día más, otro lunes que no llega, otras caras que jamás recordaré. Miro la calle que se pierde en la lejanía, edificios aburridos, fachadas tristes, sonidos molestos de vehículos ruidosos, letreros luminosos y luces navideñas, rompen el monótono gris que tiene la gente en sus rostros. Y así otro lunes más y otro y otro. Mi vida, un lunes aburrido, una inmensa calle repleta de gente desconocida, de escaparates vacios para mí, de baldosas llenas de huellas de otros que como yo pisaban a diario intentando salir de esta monotonía. Intentado ver que en los demás tenía cabida su existencia, porque es triste vivir para una misma sin que nadie sienta necesidad de tenerte a su lado, de poder o querer contar contigo aunque sea por unos segundos ¿Cambio de acera? ¿Busco aquella mano? ¿Aquella sonrisa? ¿Aquella mirada? No, no será lo que quiero realmente, no estoy convencida. Así que, de momento, sigo contra dirección aún a sabiendas que no hago lo que hace el resto. Que no voy donde van todos, que no digo lo que dicen todos. Mejor me callo sigo caminando y observo con mis ojos debajo de mis gafas. Disculpe señora, no la vi.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
que bonito texto yo en estas fechas tambien me siento igual. patricia son muchos los ojos en busca de nada y hay muchas manos en busca de todo,la gente va a su vola, pero aun asi feliz navidad.
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