El madroño o alborsser
Artículo de opinión de Salvador Iñigo
“Las hojas y la corteza tienen una acción antiséptica y antiinflamatoria sobre el aparato urinario”
Nuestra naturaleza más cercana
Salvador Iñigo
El madroño o alborsser se denomina científicamente Arbutus unedo, de la familia de las Ericáceas. El madroño figura junto con el oso (en realidad una osa), como símbolo representativo en el escudo de Madrid. No se conoce con certeza el origen de tal figura en el escudo, variando de unos a otros autores, tal vez la historia más creíble sea la elección por el Concejo como escudo para diferenciar sus posesiones de las pertenecientes a la Iglesia madrileña, que utilizó un oso pasante para diferenciarlas.
Sus propiedades son diversas, de las que podemos destacar las siguientes: las hojas y la corteza tienen una acción antiséptica (impide la infección o putrefacción) y antiinflamatoria sobre el aparato urinario. Se usa para combatir las infecciones urinarias, las cistitis, los cálculos y cólicos renales. Los frutos son astringentes y no conviene abusar de ellos, ya que cuando están muy maduros, tienen un considerable contenido alcohólico, pudiendo llegar a embriagar y producir dolor de cabeza, si se consume en grandes cantidades. Antiguamente se fermentaban para fabricar bebidas alcohólicas. En el Algarbe es típico el licor de madroño.
Pedanio Dioscorides en el siglo I, dice: “De este fruto, por el alcohol, se fabrica un vinagre fuerte, rojo, en la region de los castillos del norte de nuestro país”.
Andrés de Laguna (1499-1559) comenta: “Su fruto tarda un año en se madurar. El cual, cuando se va madurando, de verde, se vuelve amarillo y después de maduro, muy rojo. Es, por de fuera, todo muy sarpollido y lleno de ciertos granos, los cuales, cuando se mascan, exasperan el paladar y la lengua. Del resto, parecese el madroño a muchas cortesanas de Roma, las cuales, en lo exterior, direis, que son unas ninfas, según van llenas de mil recamos, empero si las especulais debajo de aquellas ropas, hallareis que son verdadero retrato del mal frances (sífilis). Digolo porque este fructo, defuera se muestra hermoso en extremo, y, comido, hinche de ventosidad el estomago y da gran dolor de cabeza; lo cual fue causa que los latinos le diesen el nombre unedo, amonestando que nadie comiese dél mas de uno”.
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