

La llegada de la Compañía Telefónica a Alzira
Una llamada a la comunicación
Entre los niños, hace mucho, usábamos los que podíamos llamar el teléfono de cordel, para comunicarse desde lejos. Se consideraba como un pasatiempo infantil, pero ha sido, sin duda, el precursor del teléfono eléctrico.
Se cumple este año el setenta aniversario –fue en 1924– de la fundación de la Compañía Telefónica Nacional de España. Antes de esta fecha ya existían servicios telefónicos; creo recordar que fue una compañía norteamericana la que instaló este importante invento en nuestra nación y con ello queremos rendir un homenaje al personal de esta compañía, principalmente a los más veteranos, con los que compartimos la cotidiana labor de atender el público para comunicarse allá por la mitad de los años 40.
El día 30 de mayo del pasado año dedicábamos un reportaje, en esta misma sección, a la antigua central telefónica de sistema de batería local, o manual, que funcionaba en el racó de Coves, que estaba en la Plaza Mayor, al lado del Banco Español de Crédito. Hoy les recordaremos cuando llegó el teléfono automático a nuestra ciudad, del que ya casi nos hemos olvidado con tanto adelanto en la técnica de la comunicación.
Era sábado, aquel 28 de noviembre de 1959, cuando avanzada la tarde fueron llegando a la nueva central automática que la Compañía Telefónica había instalado en la Calle Hort dels Frares, las autoridades locales con el alcalde de Alzira, Bernardo Andrés Bono; con el estaban la Corporación Municipal y demás jerarquías locales, Jefes de Correos y Telégrafos; Director de Radio Alzira, Juan Ortega y los corresponsales de prensa. Por la compañía, el Delegado Provincial. Luis Radigales; el Jefe Técnico de la Delegación, Arturo Brugger y el Encargado Técnico de la Central de Alzira, Pedro Morín Verdasco.
El acto que en primer lugar se llevó a cabo fue la bendición de las instalaciones por el cura párroco de San Juan, José Granero Argente, quien tras pronunciar unas palabras, le seguiría el delegado provincial, Luis Radigales, quien manifestó que ya hacía más de cuatro años que al alcalde de Alzira fue el primero que conoció de toda la región al llegar a Valencia. El Sr. Andrés Bono tenía vivo interés por saber si la compañía continuaba con el deseo de traer a Alzira un medio de comunicación que sustituyera al anacrónico que hasta aquel momento se estaba utilizando. Desde aquel momento se mantuvieron estrechos contactos que fueron madurando el proyecto que ahora era realidad, la aspiración del alcalde y los deseos de la compañía de traer a Alzira la comunicación que hacía falta y de la que estaba necesitada.
A las palabras del delegado provincial le seguirían las del alcalde, Bernardo Andrés Bono, quien diría... hoy se cumple una primera etapa de un esfuerzo continuado para conseguir para Alzira una mejora como representa la instalación del teléfono automático. Para nosotros esta mejora tan importante es una etapa que esperamos nos sirva de apoyo de otro pasito más como es la automatización con toda la provincia de Valencia y en su día con el resto de España. Acto seguido el Dr. Radigales brindó al Alcalde de Alzira la puesta en marcha de la nueva central, del sistema Rotary, que entró en servicio alrededor de las ocho de la tarde y que como anécdota que vivimos por estar presentes en este acto, se produjo el uso masivo de utilizar este nuevo servicio para los ciudadanos. Todo el mundo quería ser el primero en comunicarse automáticamente marcando el número correspondiente en el disco del aparato telefónico que tenían instalado en paralelo en sus casas con el teléfono de manivela que tras producirse el corte quedó sin servicio. Las telefonistas que prestaban servicio en el racó de Coves lo abandonaron trasladándose a la del Hort dels Frares. Allí comenzaron una nueva era, hasta que llegaron otros tiempos, los de la automatización completa puesto que la recién inaugurada central no era totalmente automática; la llamada la completaba una señorita encargada de anexionar entre las comunicaciones urbanas de la ciudad y el resto de la urbe.
La central automática, del sistema Rotary, estaba preparada para acoger mil líneas en su inicio. Esta inauguración fue el primer peldaño de la comunicación automática interurbana, que en plan fundamental la compañía se proponía implantar, no solo con carácter regional, sino con mayor existencia.
Y así fue. No pasaron muchos años cuando la central de la Calle Hort dels Frares se quedo chica y hubo que proyectar su ampliación. Una nueva avenida se estaba construyendo en lo que fue cauce del río Júcar, en el viejo brazo muerto se estaba transformando en lo que hoy conocemos como la Avenida Luis Suñer. Tan pronto como se pudo acometer la obra, la Compañía Telefónica comenzó la nueva central. Era Junio de 1975 cuando fue inaugurada. Ya no se instaló el Rotary —quedaba antiguo— un nuevo sistema comenzó a funcionar en la recién estrenada central; era el Pentaconta, un sistema que con el tiempo ha quedado anticuado, aunque todavía se viene usando. En la central de l’Alborxí de Alzira los más modernos equipos de tecnología punta —el sistema digital— son manejados por personal preparado para que los abonados dispongan de unas comunicaciones más rápidas, como la antena circular que en estos días asoma por la terraza de este edificio de la Avenida Luis Suñer, para el buen funcionamiento de la telefonía móvil automática. Felicidades Telefónica por estos 70 años al servicio de los españoles.
Alfonso Rovira, 15.05.1994
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