“Mientras, el ciudadano alzireño sigue hablando de otras necesidades, preocupaciones y prioridades. De esas pequeñas cosas…”
Una de las características de la política moderna en campaña electoral es mejorar la imagen y la posición de los líderes y de sus partidos a través del discurso, la inauguración de instalaciones y obras (y si no se han finalizado se visitan), las colocaciones de primeras piedras, las presentaciones de proyectos que ni existen porque están sujetos a circunstancias de futuro y algún que otro festín a bombo, platillo y condumio.
La raza política ve en estas fastuosidades las necesidades de su ‘mercado’ electoral. Pero, en realidad… ¿son necesidades?
Alzira, como todas las ciudades que se precien de estar en campaña política, ha sido testigo esta semana pasada de la ostentación y del boato. Los informadores hemos tenido que doblar esfuerzos para seguir el ritmo político al compás que nos han marcado. De esta forma, al ciudadano alzireño se le ha notificado que va a tener una nueva biblioteca, una ciudad del motor, una planta potabilizadora, un majestuoso trinquete, un centro de salud reformado y hasta han podido ver de cerca a Fernando Esteso o de que la oposición ha traído a sus primeros espadas comunitarios para reforzar candidaturas, para que vean las fallas, reunirse con los empresarios, visitar el instituto o prometer que devolverán la tasa de basura.
Pero, en realidad… ¿son necesidades? Sí que lo son, aunque siempre va a depender del color del cristal con que se mire.
Si bajamos al mundo terrenal, a la esfera del ciudadano de a pie, en definitiva el surtidor económico de todas estas pompas y de los sueldazos y gastos que genera toda esta tropa política, a esa esfera de calle, en cualquier ambiente social llámese lugar de trabajo, cafetería, etc., va a ser habitual que se hable de otras necesidades, preocupaciones y prioridades: movilidad urbana deficiente, interminables esperas en la atención en los centros de salud, el ruido, el ahogo por pago de impuestos del pequeño comercio y los autónomos, la inseguridad ciudadana, el gamberrismo, los puntos negros, las trapas que no tragan cuando llueven cuatro gotas, un transporte público deficiente, un aumento del desempleo que se acerca ya en la localidad a la cifra de 5.000 parados… estos puntos suspensivos hablan por sí solos y rematan un párrafo que, de continuar, sería excesivamente largo. Con razón el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas refleja que la clase política se encuentra en el tercer puesto en la lista de problemas nacionales. Vamos, juegan seguro la Champions.
¿Por qué de las necesidades que podemos oír en cualquier sitio, por cualquier ciudadano, tan comunes y tan evidentes no se habla en campaña electoral? Porque hoy la imagen del político se modela, porque la política moderna ve a los ciudadanos como ovejas en un redil y lo que pase dentro del cercado, como diría el maestro Serrat, son aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas en un rincón, en un papel o en un cajón.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Seguro que si esto estuviera en la Avenida Santos Patronos no sólo se quitaría de inmediato, sino que se pedirían responsabilidades.
Aleluyaaaaaa ya acabó el frenesí de inauguraciones, ahora nos queda el de los rollos de los mitines, que ganas tengo de que venga junio XD
Primero fueron las fallas con sus petardos, despues las inauguraciones de todo lo que se menea, enseguida la semana santa con sus insoportables tamborets, enseguida la mona de pascua y engancharemos con las elecciones municipales. buuuffffffff mi cuerpo no sé si aguantará
tener politicos es como tener un grano en el culo que si lo revientas, mal y si no lo revientas, mal también
El problema no es solamente de los políticos; también es del pueblo. Un pueblo tiene los políticos que se merece y si estos son mediocres es porque el nivel va parejo a estos.
Los políticos son astronautas a los que les pagamos una nave espacial para que nos vean lo pequeños que somos los ciudadanos vistos desde la luna, practicamente ni existimos para ellos sólo el día del voto después sólo somos una molestia y un engorro.
¡Que buen articulo! esos son los que hacen a este diario único y muy completo. Benito que razón tienes...
Muchos políticos viven haciéndonos el timo de la estampita y ellos son los primeros que cuando llegan a casa dicen: ¿Cómo es posible que se lo traguen?.
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