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Personajes que dejaron huella en Alzira (12)Julio Tena Just
Un médico y alcalde que dejó huella entre sus contemporáneos
A muchos alcireños les suena el nombre de Julio Tena por haber sido nominado, en el año 1946, el primer grupo escolar que tuvieron los niños de Alzira, en la plaza del sufragio, hoy ocupado por las oficinas de la Delegación de Hacienda. Otros vecinos de esta ciudad, que cuentan los mismos años que el que suscribe, conocieron al honorable médico y diligente alcalde que ocupó, en poco tiempo, dos veces la silla de primer mandatario de nuestro pueblo.
Todos conocemos la popularidad de la "Casa de Tena", próxima al consistorio municipal, aunque a decir verdad, allí nació, antes que el médicoTena, Eusebio Lacasta, que era el dueño de la casa del barrio de l’Alquerieta, el Huerto del Pararrayos. Julio y Francisco Tena, médico y boticario, eran hijos de Ernesto Tena y Julia Just. Habían nacido cuando faltaban escasos años para acabarse el siglo XIX, en el número 12 de la plaza de las gallinas, —plaza de Casasús—. El padre de estos dos alcireños, el señor Ernesto Tena, como dejó escrito el abogado el señor Rodolfo Clari Lloret, en su escrito de fina pluma Memorias de un sesentón, contó que Ernesto Tena era una persona amabilísima y de los pocos hombres de quien se podía decir que practicó siempre el consejo del zapatero, boticario a tus botes.
Del médico Tena diremos que el día 1 de junio pasado, se cumplió sesenta y cinco años de su muerte. Era sábado aquel 1º de junio de 1946, cuando, a las diez de la mañana, se produjo el óbito a causa de una maligna enfermedad, bastante extendida en nuestros días, que lo llevó al cementerio a la temprana edad de cincuenta años.
Como casi todos los jóvenes de su edad, estudió en las Escuelas Pías continuando, años después, la carrera de medicina en la facultad de nuestra capital de provincia. Julio Tena Just, fue un buen médico de APD —asistencia pública domiciliaria— y un buen alcalde. Se cuenta que cuando tomó posesión como presidente de la corporación, se afanó a pagar todos endeudamientos que había contraído el Ayuntamiento. Contaba el alcalde en el Ayuntamiento con un alguacil a quien el Don Julio Tena le tenía mucha confianza y a quien encargaba cada mes, cuando percibía la no muy alta subvención como alcalde, que esta la repartiera en tres sobres, encargando al subordinado hiciera entrega en cada centro asistencial de caridad; Monjitas de los pobres, Casa Beneficencia y como siempre le hemos nombrado, el Santo Hospital. Al mismo tiempo, el Don Julio Tena, era una persona humilde y nada autoritaria. Todos los días, a la una de la tarde, desde la plaza del Caudillo, ante el Estanco Real, salía hacia Valencia un coche de línea de la empresa Sogea donde había que personarse antes para coger asiento, para cuando llegara el viajero, tenerlo reservado. El alcalde enviaba el alguacil por que le guardara el puesto y este último le preguntaba Don Julio, ¿usted no es el alcalde? La respuesta era mejor: allí soy un viajero más.
En el transcurso del mandamiento, desde medios del año 1939 hasta el 3 de noviembre de 1943, en que fue renombrado alcalde el también médico Lisardo Piera, por el gobernador civil, la segunda legislatura fue entre 1945 y el 6 de abril de 1946 que le pasaría la vara de alcalde al abogado, el señor Carlos Llinares Ariño. Importantes acontecimientos debió presidir, como el día 28 de mayo de 1939, en que el alcalde de Onda, el señor José María Baixauli, le haría entrega de la imagen relicario de San Bernardo, que permaneció en la ciudad de La Plana, en casa de José María Llopico, durante los tres años que durará el enfrentamiento de las dos Españas. El domingo, 20 de octubre de 1940, también convocó a los alcireños a recibir a la nueva imagen de Nuestra Señora de Lluch, obra del escultor Antonio Ballestero Vilaseca, por haber sido destruida durante la Guerra.
El 30 de mayo de 1942, el Don Julio Tena, junto a la Corporación Municipal y muchísimos alcireños, recibieron la visita del jalifa del Protectorado Español en Marruecos. El que suscribe, niño de once años de edad, recuerda el recurrido del jalifa y las personalidades de su séquito. Recorrieron la antigua barbacana, el estrecho pasadizo que unía a través de la muralla del Sur, desde el antiguo mercado hasta el cuartel de la Guardia Civil; poco después se desplazaran a la Muntanyeta del Salvador y acto seguido a continuación le invitaron a una comida en el Huerto del inglés —el de las Aigües Potables—, donde el jalifa con el alcalde que las bonitas jóvenes alcireñas que participaban a la fiesta ataviadas con nuestro traje regional muy agusto se las llevaría a su harén en sus tierras africanas. La recepción y acompañamiento de las personalidades fueran amenizadas por la banda municipal de música dirigida por el maestro Carlos Cosme. Por la tarde visitarían La Gallera, donde admiraron el Salón Árabe deshaciéndose en alabanzas por tanta belleza en la obra de arte, acabando con una recepción en el Ayuntamiento. En aquella ocasión, el alcalde de Alzira, Julio Tena Just, recibiría de manos del lalifa, la Medalla de Caballero de la Orden de Mehdauia. Al siguiente día de su muerte, domingo, 2 de junio, a las cinco de la tarde, tuvo lugar el entierro del féretro en los despojos de tan querido personaje, las cuales fueron llevado a hombros hasta el lugar de despedida, que por aquella época era al final de la calle del doctor Ferrán, al acompañamiento de la que se unió todo Alzira.
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Cultura : Historia, Patrimonio, Costumbrismo y Pasado,
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Estoy buscando información sobre Eusebio Lacasta, sabría indicarme donde puedo documentarme o si existe algún enlace en internet sobre Lacasta y Alzira...? Gracias, un saludo.
Vicent.
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