

Reflexión literaria de Nico
Estaba muy tranquilo en el invierno disfrutando de mi sangre caliente
Reflexiones y algo más
Una vez tras otra, cada verano conforme llega el calor, los mosquitos chupasangre realizan su puesta en escena. Siempre actúan igual; se acerca uno a mí y empieza a rondarme, apenas me observa y va acercándose a mi oreja lentamente, atormentando con su desagradable zumbido, nunca se cansa, siempre el mismo sonido y esa sensación de sentirme amenazado. Ese zumbido que es capaz de entrar en mi cabeza ocupando cada rincón de la mente sin dejarme escuchar nada más. Y aunque es fino y delicado, y por más que viva con tanta pasión que vive de la sangre, yo le digo;
-¡Fuera! ¡Fuera de aquí! ¡No quiero coger el matamoscas!
Estaba muy tranquilo en el invierno disfrutando de mi sangre caliente.
-¡Fuera de aquí! ¡No lo intentes más! Mi sangre es demasiado pura para ti, a tu pequeño estomago se le indigestaría.
Y aunque sea un insecto de apariencia fina y delicada y por más que vive con tanta pasión, ya que vives de la sangre, vive de la sangre de otros.
Una vez tras otra vienes a mí para alimentarte, para irte volando después a por más a otro cuerpo.
Así que te aviso para que no perdamos el tiempo ninguno de los dos.
-¡Fuera! ¡Fuera de aquí mosquito avaricioso! ¡Fuera de aquí mosquito chupasangre!
Ya no quiero más puntos rojos en mi piel hace tiempo que dejé de rascarlos.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Conforme lo has descrito te lo imaginas en la realidad. Enhorabuena.
Mándenlo el artículo a Spielberg
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