Añoranzas del trabajo compartido
A nuestro paisano, Luis Suñer Sánchis le rendimos nuestro tributo de respeto, porque sus merecimientos así lo exigen
El 15 de julio de 1993 causaban baja en la fábrica alcireña de cartonajes Suñer 47 empleados bajo el expediente del “Plan de Regulación de Empleo, propuesto por la empresa dentro del plan de viabilidad. Contaban estos trabajadores entre los 53 y 61 años de edad en el momento de la jubilación anticipada.
En estos días, un grupo de jubilados proyectaron reunirse en un almuerzo de confraternidad, promovido por dos antiguos compañeros de trabajo, Eduardo Gadea y Pepe Soler, alcanzándose el número de más de 60 recordando sus vivencias en la empresa que laboraron a lo largo de muchos años. Grupo que recoge la fotografía que acompañamos. Añoraron, así me lo manifestaron, la falta de la persona que fue su empresario, Luis Suñer Sanchis, fallecido en el mes de agosto de 1990.
Necesitaríamos mucho espacio para resumir la historia de este preclaro alcireño y de las empresas que creó. A los 14 años comenzaba a trabajar en la antigua Cotonera de Monfort y Peris. Mientras laboraba en la misma compaginaba sus quehaceres haciendo cajitas, que tuvieron éxito en la industria naranjera para la exportación de cítricos y de la pequeña fabriquita que amplia en un local más extenso en la calle de la Enseñanza, número 4, en la barriada de la Vila, en 1926, donde podemos aseverar que allí nació Cartonajes Suñer. En esta casa estuvieron hasta 1935, en que se trasladaron a la calle Dr. Ferrán donde alquilaron un viejo almacén de manipulado de naranjas quedando instalada la nueva fábrica donde trabajaban en épocas del año hasta cien obreros. Un año más tarde comienza la Guerra Civil y Luis Suñer es movilizado. Al término de la misma, la empresa vuele a sus propietarios enfrentándose con la falta de materia prima para la fabricación de cajas de cartón, que supera Luis Suñer con su ingenio y adversidad. Pocos años después, en la noche del 16 al 17 de Octubre de 1945, un fortuito y voraz incendio destruye las instalaciones de Cartonajes Suñer reduciendo a la nada el sudor y sacrificio de tantos años. Aún humeaban los escombros cuando, el mismo día 17, en el domicilio de Luis Suñer se instalaba una oficina provisional para organizarse y pedir maquinaria para la puesta en marcha de la nueva industria. Era harto difícil conseguir maquinara precisa, ya que en aquella época no había posibilidad de importarla.
Un amigo, Ricardo Aliño, le cedió los locales de su molino, en la calle Hort dels Frares, en lo que hoy es el ambulatorio de la Seguridad Social Santos Patronos, tomando vuelo hasta el extremo de dar cabida a unos 500 obreros. Al año siguiente, 1946, el 12 de mayo, el Jefe del Estado, Francisco Franco, visitaba la improvisada fábrica, interesándose por su historia anterior al incendio, los proyectos y perspectivas de las nuevas instalaciones.
No pasó mucho tiempo cuando la empresa adquirió nuevos locales para su ampliación. Fue al pie de la Muntanyeta del Salvador, en una finca propiedad de Teresa Magraner, donde antaño se ubicaba el convento de los PP Franciscanos, donde se trasladó la fábrica.
Luis Suñer tenía el proyecto y así lo llevó a cabo, el construir viviendas de renta limitada para sus empleados; realidad que fructificó y en vez de levantar 45 nuevos hogares viendo la necesidad las amplió a 100, en las proximidades de la fábrica, barriada que dieron el nombre de Colonia Ana Sánchis, en memoria de su madre, inaugurándose el primer día de diciembre de 1960, con asistencia del ministro de la Vivienda, José Sánchez Arjona. En el mismo complejo urbanístico se creó una escuela para niños y niñas de los trabajadores y un economato para los mismos.
Ante la gran labor social, el Jefe del Estado, en julio de 1959, entregaba el título de Empresa Ejemplar.
Luis Suñer tenía dos hermanos, José y Alfredo, que fueron piezas clave en su trabajo. Rafael, el más pequeño, se dedicó a la medicina, era oftalmólogo
Más empresas nacieron bajo la égida de este gran patricio alcireño; Sufasa y Avidesa; pero hoy hemos querido dedicar unos retazos a la importante empresa Cartonajes Suñer, que nació a mitad de la tercera década de este siglo y a sus trabajadores que supieron elevarla, con su bien hacer, a la categoría que le correspondía.
Aún está en nuestra memoria empleados como el señor Gerardo Pérez, que conducía con su rossí el enorme carro-vagón con la manufacturación a embarcarla en la estación de ferrocarril; a su hija Carmen, encargada de la sección de manipulado; a Francisco Ruiz Roldán, que sufriendo un accidente laboral en la misma empresa, perdiendo la mano derecha, siguió trabajando en la centralita de teléfonos; al señor Pepe Soler, quien uniformado vigilaba la entrada de empleados en la puerta principal de la calle de la Independencia, 4; a los de la sección de dibujo artístico, Vicente Sanz Castellanos, José Moll Sánchis, Antonio Caballer y... a tantos otros, que sería interminable la lista.
A nuestro paisano Luis Suñer Sánchis, Medalla de Oro de la ciudad que le vio nacer, fallecido en Agosto de 1990, como alcireños rendimos nuestro tributo de respeto, porque sus merecimientos así lo exigen.
Alfonso Rovira 09.12.1994
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Que foto tan entrañable y tan llena de afecto y amistad, y en la que se aprecia al fondo de la misma la espléndida arcada modernista que aún lucia y engalanaba la calle de las Escuelas Pías, como símbolo de ese poder económico y europeista que en otros tiempos tanto caracterizó a nuestra ciudad. Arcada que ahora ya no existe, pues hace apenas unos meses, nuestras lúcidas autoridades la fulminaron con el peregrino argumento de proteger nuestro patrimonio histórico y artístico.
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